Hola

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No quería responder porque iban a notar mi nostalgia, pero ya era demasiado tarde, ya me habían preguntado ambos.

― ¿Dónde viste a Elizabeth? ¿Qué pasó? ― me dijo Helen.

― tranquilos chicos… no pasó nada, solamente la vi pasar frente a mí por una cebra en camino acá, nada más, no se preocupen y olviden eso… ― ellos seguro se asustaron por la orden de alejamiento de aquella vez.

Pero cuando veo Helen comienza a llorar de la nada, hacia años no la veíamos llorar, y entre esos llantos dijo:

― no es justo… simplemente no es justo… ― su llanto aumentaba cada vez más ― no es justo que lo de ustedes terminara así ¿por qué ella te olvidó Melo? ¿Cómo es que ella pudo olvidarnos? Le extraño muchísimo ―

― tranquila Helen… no se puede hacer nada… y ella no tiene la culpa de lo que pasó ― le dije mientras me le acercaba ― yo solo quiero que ella esté bien y saludable, y lo está… nada más importa para mi… si el no poder estar con ella es el precio por su vida… la pago con gusto y sin pensarlo ― y la verdad es que si…

Luego de esas palabras le di un abrazo acompañado con una lagrima, y Adam se nos acercó para completar un abrazo de nostalgia y comprensión entre amigos. Nos secamos las lágrimas y comenzamos a trabajar.

Me gustó mucho ver las miradas de Adam y Helen al fin encontrándose, antes lo hacían igual, pero siempre miraba uno primero y el otro después, y cuando coincidían los muy tontos la cambiaban velozmente. Estaba muy feliz por mis amigos… pero en el fondo mi nostalgia seguía ahí.

El recuerdo de cómo se veía en ese vestido volvió a recorrer mi mente, se había vuelto toda una mujer, tan hermosa como siempre, y por lo que pude notar aún mantenía su esencia… pero… varias preguntas venenosas atacaron mi mente.
¿Habrá encontrado a alguien?
¿Se sentirá 100% saludable?
¿Estará equilibrada emocionalmente?
¿Qué estará haciendo ahora?
¿A dónde iba en esa dirección?
¿Su mente me recordará alguna vez?

No podía con ninguna de esas preguntas… eran tan fuertes que estaba sintiendo que caía en depresión u otro ataque de pánico, pero por suerte no sé de qué manera Adam siempre se las olía y comenzó a hacer sus chistes pesados y sus monerías de preparatoria las cuales me ayudaron a olvidarlo todo y concentrarme en la historia que estábamos haciendo.

― ¿y si le damos un final feliz a esta historia, aunque sea una vez? ― dijo Helen en un momento de edición.

― bonita no quedamos en que este tendría un final abierto por la complejidad de la trama ― le respondió Adam.

― ¿Me dijiste bonita? ― contestó ella poniéndose roja.

― chicos si quieren se quedan aquí solos luego y resuelven sus años de cariño de pareja atrasado, pero por favor les pido concentración ― les dije a ambos.

― ¡A la orden jefe! ―

― muy gracioso Adam, ahora… recuerden que todo fue un plan de ellos, pero debemos dejarle algo de incógnita a los lectores ya que eso es lo que más les ha gustado a lo largo de la trama ―

― es verdad… ― aclamó Helen.

― ¿Cómo lo haremos entonces? ― preguntó Adam

― ayer en casa tuve una idea, que tal si hacemos que mueran… pero claramente sería una muerte fingida, o incluso no ―

― no estoy entendiendo amigo ― me comentó Adam.

Y Helen me miraba seriamente tratando de descifrar lo que les estaba explicando.

Mi Primera y única noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora