Mi Primera y única novia

Presentación

Hola me llamo Melo, y hoy les vengo a contar una historia, mi historia. No es que sea una gran historia la verdad, pero… yo siempre he dicho que una bonita historia no necesita de grandes narraciones, sino de grandes mensajes.

Esta historia comienza con un chico de 17 años, el cual no era muy popular en la escuela, y bueno, que popular va a ser un nerd de 17 años, virgen, y con anteojos totalmente innecesarios, pero él se los ponía para apartar a las personas. Mi vida era como lo llaman, “una gran monotonía”, me levantaba siempre a las 5am, desayunaba, le preparaba el desayuno a mi gato, arreglaba la maleta, me despedía de mi peludo y único amigo, iba a la escuela escuchando Mozart con mis audífonos, llegaba temprano, atendía a clases, no hablaba con nadie, no salía al recreo, volvía a mi casa exactamente por el mismo camino, me bañaba, comía, y me sentaba en el ordenador a jugar y leer comics, me acostaba a la 1:30am, me despertaba a las 5am, y así sucesivamente, todos los días, ¿te aburriste verdad? Lo sé, yo también me aburría mucho.

Un día estaba lloviendo, y cuando llueve mi gato se pone inquieto, comienza a caminar entre mis pies y no me deja hacer casi nada, ese día salí tarde de la casa gracias a mi peludo amigo, y a pesar de que fui corriendo desde mi casa hasta la escuela no pude llegar a tiempo, ya que tropecé con una piedra y me caí de cara, mis lentes se rompieron, mi ropa quedó empapada, y me raspé la rodilla lo cual me impedía caminar con velocidad.
Al llegar a la puerta principal del instituto estaba la subdirectora parada afuera con su regla y su mirada de odiar a los jóvenes. Me miró y me dijo:

― llegas tarde jovencito, ¿sabes lo que se le hace a los que llegan tarde no? ―

― No señorita… es mi primera vez llegando tar... ―

― ¡pues ya lo sabrá!, sígame al aula de castigo ― gritó interrumpiéndome

Perfecto, hasta aula de castigo tiene la muy bruja, y yo empapado aun, mojando todo el camino hasta llegar a la famosa aula que resultaba ser no menos que la última del pasillo, la que es conocida como “el aula de los limpia pisos” ya que todos los que eran enviados ahí terminaban limpiando el piso de la escuela o los baños. Al llegar vi que no era el único, también había una chica de cabellos rosados. Me senté en la última mesa, y vi que ella se volteó, me miro unos segundos, y me sonrió. Reaccione extraño, ya que nadie en la escuela antes me había sonreído, y los que me han dirigido la palabra los he evitado.

La subdirectora se paró en el buró del profesor y nos dijo:
― hoy están de buenas chicos, al ser una nueva, y el otro ser la primera vez en llegar tarde, no les pondré los castigos de siempre. Ustedes tendrán una tarea muy especial. Tendrán que limpiar la piscina cuando acabe las clases hoy, y les advierto… no está muy limpia que digamos… ―

Lo único que le faltó a la muy bruja fue la risa malévola porque cara de malvada tiene… dios… ahora a tener que limpiar la piscina después de clases por culpa de mi peludo amigo, y para colmo ¡acompañado!... pero… ¿Qué le pasa a esta chica? Se está riendo otra vez, ¿estará loca? ¿O solo quiere llamar la atención porque es nueva? Como sea no me interesa, hare la tarea lo más rápido posible para llegar temprano a casa y ver el capítulo de Nanatsu no Taisai, que comienza la cuarta temporada y estoy muy emocionado, es mi serie favorita.

Salí del aula, fui a la lavandería a que secaran mi ropa y me incorporé a clases. Miraba inquietamente el reloj, pendiente de cada segundo, esperando a que tocaran el timbre, y el profesor de historia como siempre dando su clase con mucha paciencia.

Al terminar las clases me apresuré y fui rápidamente a la piscina, me remangué la camisa y comencé a barrer el interior de la piscina. Como a los 2 minutos escucho una voz que dice:

― uff… que pesadez… o, ya veo que se me han adelantado ―

Yo seguí barriendo el enorme bulto de hojas como si ella no existiera.