Creo que me enamoré

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¿Qué hora será?... 10:00am… creo que me voy a levantar, aunque lo intente ya no podré dormir más.
Hoy viene Elizabeth a presentarse como mi novia a mi madre. Se me hace incómoda la simple idea de mentirle así a mi madre ahora que lo pienso bien. Pero… hice una promesa, ya no puedo echarme para atrás. Pensaré en que mi madre se pondrá muy contenta, y que eso me la quitaría de encima, ya que últimamente ha estado muy pendiente de mí con ese tema y no me deja ni estudiar.

2:00pm.
-suena el timbre de la casa-

Debe ser ella, iré a abrirle esta vez yo… será mejor.
― Hola Melo ― valla, se arregló bastante hoy, hasta alguien como yo pudo notarlo.

― Hola Elizabeth ―

― ¿Puedo pasar? ― ok, está muy rara y educada hoy

― Si claro…  adelante ―

Al hacerla pasar mi madre la ve enseguida y le cae casi que encima.
― ¡Hola Elizabeth! Bienvenida, ¿ya almorzaste? ―

― si… hace rato ya ― le responde riéndose, me asusta como se tratan estas dos.

― Y, ¿No te apetece unos bocaditos o algo? ― insiste mi madre.

― no, tranquila no se moleste, pero muchas gracias por la intención de verdad ― ok, realmente tengo miedo de lo relajada que está.

― mamá ella viene a terminar los estudios de ayer, vamos a estar en mi cuarto si ―

― Ok, si necesitan algo me dicen chicos, y Elizabeth, estás en tu casa bonita ― ¿en serio mamá? Me avergüenzas, que fácil eres.

― Si mamá, despreocúpate… por cierto… ella es mi novia ― vale no sé por qué dije eso así, estoy muy nervioso.

Mi mamá pone cara de sorprendida, pero a la vez feliz, y noto que Elizabeth iba a abrir la boca y la empujo en dirección a mi cuarto.
― ¿Por qué le dijiste eso así? Yo quería decírselo ¿no tenías una manera mejor de decirlo? ― Me reclama ella.

― no… soy así con todo el mundo… ya deberías de saberlo ―

― vale, pero para la próxima hablaré yo y tú te cayas ― ya está de vuelta.

― Si, como digas ―

Ya volvió a dar órdenes, que poco dura la felicidad, es que tal parece que fue militar en otra vida, con lo mucho que y odio las órdenes.

― ¡Wow! ¿Este es tu cuarto? ― dijo con voz verdaderamente sorprendida y no sé por qué.

― Sí, este es ―

― es bonito, y muy ordenado ―

― desde pequeño soy muy quisquilloso con mis cosas, no andes tocando nada ―

― vale señor gruñón ―

― ven, ya organicé todo para hacer los deberes que no hicimos ayer ― le dije señalándole la mesa.

― voy… ¡Valla! Lo pusiste ahí… se ve hermoso… ¿le hiciste remodelaciones? ―

― Si… perdón… pero quería implantarle las sombras del rostro por el lugar en el que decidí ponerlo, te falto eso, pero aun así es muy buena… y… gracias por el dibujo… me gustó ― vale me sentí muy incómodo diciendo eso.

― ¿tú quién eres y que hiciste con Melo? ― dijo entre risas y sin dejarme responder me dijo ― pero de nada, me gusta mucho que te gustara… oye… ¿puedo quitarme los zapatos? ―

― Como quieras ―

― Pero ven a la cama, no me gusta estudiar en una mesa, es incómodo y pesado como tú, la cama es mejor y así atiendo más ―

Mi Primera y única noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora