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A ti extiendo mis manos; mi alma te anhela como la tierra sedienta.
Salmos 143:6

Louis entró a la casa de Harry sin tocar, solo abrió la puerta y lo encontró leyendo un libro, sentado serenamente en su sofá.

-No fue justo - fue lo que dijo apenas Harry lo miró, sorprendido.

-¿Qué haces aquí? - le preguntó lentamente. Siempre lentamente porque la voz de Harry es así. Y es hermosa.

-Vengo a sacar tu cabeza de tu trasero para que dejes de ser un completo hijo de puta conmigo y vuelvas a ser mi Harry.

Harry se puso de pie, furioso.

-Louis, tienes que irte. - Había lágrimas en sus ojos, y Louis no sabían si eran de tristeza o de ira.

-No.

-Por favor.

-No, Harry. Tienes que escuchar.

-Louis, no te quiero escuchar. Todo está mal, yo...

Era tarde, Louis ya estaba tan cerca de él que podía sentir su aliento sobre sus labios. Una de las manos sujetaba su rostro mientras la otra tomaba suavemente su cintura.

-Me gustas, Harry.

Casi alcanzó a sentir los labios de Harry en contacto con los suyos antes de que la oscuridad se lo tragara violentamente.

Bruma. Viento. Oscuridad.

Caída al vacío.

Sabía que no estaba muerto. No, claro que no, ésto era mucho peor. Solo podía sentir dolor, mareo y si fuera por él, no volvería a levantarse o a abrir los ojos por el resto de su vida, pero sentía que su estómago estaba a punto de salir por su boca, y sinceramente no quería arruinar su cama y lucir patético hasta ese punto.

Se levanto y corrió hasta el baño, prácticamente se arrojó sobre la taza, vomitando, sintiendo el peor mareo de su vida.

-Hey, Lou...

-LARGO.

Zayn entró al baño, por supuesto.

-Sí, sí, la resaca es una mierda, nunca la has llevado bien, desde la preparatoria - le dijo, burlándose de él, el hijo de puta.

-Moriré Zayn, te dejaré mis compañías y a Clifford.

-No tienes tanta suerte, Lou.

-¿Por qué no? - se lamentó.

-Anda, hay un té esperándote cuando acabes de vomitar. Tendremos una muy larga charla.

Louis se preguntó a que se refería, y estaba a punto de preguntarlo cuando sintió arcadas de nuevo.

Mientras se recostaba sobre la taza de baño, Louis trataba de recordar que había pasado después de abrir la segunda botella de alcohol, pero solo tenía borrosas escenas: Él abriendo la puerta, viendo a Zayn, estar acostado en su cama, despertar con el peor dolor de cabeza de historia y un extraño sentimiento que le retorcía las entrañas.

Quería seguir tratando de recordar, pero otra ronda de arcadas lo asaltó, obligándolo a inclinar la cabeza de nuevo, sintiendo el ardor de sus propios jugos gástricos pasar por su garganta.

No recordaba nada del sueño pero en lo profundo de su mente aún sentía el calor y las mariposas, aunque no sabía de donde había venido.

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40 minutos después, Louis y Zayn estaban sentados en la cama, ambos con una taza de té.

Take me to churchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora