✟ 9 ✟

211 40 26
                                    

"Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano".
1 Juan 4:21

-En el nombre del señor, pueden ir en paz, tengan buena semana - se despidió Harry, terminando la misa de ese domingo.

Se escucho un murmuro general de "Amén" y poco a poco todos empezaron a salir de la capilla. Era común que acabando la misa muchas personas, sobre todo algunas ancianitas, se acercaban a Harry para saludarlo y hablar con él sobre cualquier cosa. Harry siempre las escuchaba con paciencia de santo, pues a veces por la misma edad avanzada que tenían, le contaban la misma historia en dos o tres ocasiones.

Pero ese día tenía prisa y fue directamente a su casa para cambiarse, disculpándose con todas las personas que trataban de detenerlo, diciendo "Perdone, es día de beneficencia y tengo que irme, nos vemos la siguiente semana".

Estaba bastante emocionado, extrañamente estaba más emocionado que los años anteriores, lo más probable es que fuera porque nunca habían tenido tanto presupuesto para la beneficencia como lo tenían ese mes, cortesía de Louis Tomlinson y su corazón de oro.

Sí, Louis.

Cuando por fin terminó de cambiarse, lo vio recargado en su auto, fumando, con una mueca de algo que parecía enojo o molestia en sus delicadas facciones.

-Hola - le saludó, sonriendo, esperando a ver una sonrisa de vuelta.

Y sí, los labios de Louis formaron una bonita sonrisa, que habría engañado a cualquiera, pero Harry pudo ver que esos ojos de cielo no tenían ningún brillo.

-Hola - murmuró Louis, con una voz tan baja que casi no lo escucha.

-¿Listo para irnos, cielo?

Era Danielle.

La sonrisa de Harry cayó al instante pero la recuperó al segundo, saludando a la chica alegremente.

-Buenas tardes, señora Tomlinson - dijo Harry, sintiendo una intensa mirada sobre él - que gusto que hayas podido acompañarnos, Louis y yo te echamos en falta en las reuniones anteriores.

La chica de cabello castaño se acercó hasta quedar al lado de Louis y tomarlo del brazo, en un intento por abrazarlo.

-Sí, fue una lástima no poder venir, mi querido esposo olvidó avisarme que vendría - dijo ella, dejando un beso en la mejilla de Louis, quien hizo un disimulado mohin.

-No quería molestarte con mis asuntos, cariño.

A Harry de pronto se le cortó la respiración. Porque la voz de Louis se escuchaba completamente hueca, sin un rastro de cualquier emoción que no fuera molestia y cansancio. Ya no era esa dulce melodía que acariciaba sus oídos, ahora solo era un sonido común, hermoso pero sin entonación.

-Un olvido nos ocurre a todos, ¿no Louis?

Harry pudo ver en la expresión de sorpresa de Louis que había captado la indirecta. Era obvio que Louis no había contando las cosas como eran. Danielle no tenía cosas que hacer esos días y Louis no había querido que viniera.

Esa era la verdad y lo dejó bastante confundido.

Y, aunque había prometido fingir que la conversación de aquella noche no había existido, sí que estaba en su memoria como un susurro constante que decía "Ayuda a Louis, porque está sufriendo"

El problema era que... No sabía exactamente qué hacer.

Todo tenía que ver con Danielle, eso le acababa de quedar claro. Y aunque ésto parecía un típico caso de matrimonio arreglado entre familias, Harry no podía dejar de pensar en que podía haber más cosas escondidas, que involucraban situaciones mucho más difíciles.

Take me to churchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora