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El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
1 Juan 4:8.

Amelia bajó las escales a prisa, sonriendo cuando vio a Harry en la cocina con un delantal naranja machado de algo verde y extraño.

-Creí que solo Louis era un pésimo cocinero - se burló.

-¿Ah, sí? Pues estarás feliz de saber que ésta será tu comida del día de hoy.

-Sí... Yo paso. Iré a comer con Vania hoy.

-¿Ahora?

-A las 5 pasaré por ella, sí.

-Bien, llega algo temprano y contesta el teléfono ¿sí? No hagas que me preocupe.

-Sí papá, lo haré.

-Bien.

Harry suspiró, finalmente apagando la estufa y tratando de despegar la pasta extraña que se había pegado en el fondo de la olla.

-Y... ¿dónde está Lou?

-No vendrá hoy - dijo Harry, con un tono de voz tan desilusionado que hizo que Amelia alzara una ceja - llamó hace rato para decirme que tenía demasiado trabajo acumulado. Se escuchaba preocupado ¿sabes?

-Eso tiene sentido, considerando que prácticamente se pasó aquí toda la semana. ¿Cómo has explicado que Louis entra y sale de la iglesia todo el tiempo cuando no hay nada que hacer aquí, literalmente?

-Todo lo hemos estado cubriendo con la peregrinación de pascua - dijo Harry, sonrojándose.

-¿Mintiendo para verte con alguien? Me suena familiar - se burló Amelia, llevando la conversación de tal manera que siguieran hablando de Louis para ver a donde los llevaba eso.

-No es mentira como tal. Se supone que estamos ayudándote a reencontrarte con Dios, lo cual he intentado hacer.

-Un momento ¿Louis no tiene una esposa? Lo recuerdo muy vagamente...

-No es gracioso - se rió Harry, avergonzado de encontrar graciosa la situación a pesar de ser tan penosa - Su esposa casi nunca está en casa y nunca pregunta nada, siempre sale con sus amigas al club, picnics, fiestas, cosas así.

-La maravilla de la clase alta - suspiró Amelia.

-Me siento mal por ella.

-¿Porque Louis no la ama?

-Exactamente - Harry soltó un suspiro - He hablado con Louis, intento que vea que puede tener un futuro brillante junto a Danielle, enamorarse, criar a sus hijos, formar su propia familia y amarla. Pero no me escucha, se niega a aceptar que quizá para eso lo creó Dios.

Amelia guardó silencio, no queriendo excederse con lo que quería decir.

-¿Y Louis? ¿Él qué es lo que quiere?

Harry la miró un momento, la duda llenando sus ojos.

-No lo sé - le dijo - Dudo que incluso él sepa lo que quiere en verdad. Si quiere hijos, si quiere una familia, incluso si quiere una empresa. El problema es que jamás le han dejado escoger ninguna de las cosas más básicas que forman su vida.

Decirlo así, ponerlo sobre la mesa de esa manera era bastante duro. Se sentía real y muy cruel, como era en verdad.

Amelia suspiró. Se acercó a Harry lentamente para acentuar lo que iba a decir:

-Yo creo que hay algo que Louis quiere con toda el alma y que, quizá, es lo único que realmente necesita para ser feliz.

Harry la observó detenidamente, asimilando lo que dijo, intentando interpretar las palabras.

Take me to churchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora