Avanzamos por los jardines delanteros del Palacio siguiendo a la señora Pomphard.
Todo estaba igual que como lo recordaba.
Arbustos verdes que formaban figuras que daban vida al jardín. Pequeñas fuentes de agua, cuyo sonido relajaba sólo de oírlo. Me acuerdo como siempre me escapaba de las clases con mi profesora particular para sentarme en uno de los bancos del jardín, relajandome con el sonido del agua al caer, mientras leía un libro. Claro que siempre acababan pillandome.
También lo pequeños charcos de barro con los que siempre acababa pringada cuando jugaba saltando sobre ellos. Siempre me regañaban después de eso, pero a mi me daba igual. Yo me divertía.
Tantos recuerdos me daban nostalgia y me entristecian un poco.
Se dieron cuenta Lara y Kate y se acercaron para hablar conmigo.
-¿Qué te pasa Ray?- preguntó Lara.
-No nada, es que me vienen muchos recuerdos- les dije
-¿No echas de menos a tus padres, ni a tu hermana?- preguntó Kate.
-La verdad es que sí yo...- no pude terminar la frase, porque ya habíamos llegado a la recepción y la señora Pomphard nos estaba explicando algo.
-Bueno chicos, si cogeis el mapa y lo miráis podréis observar, cada una de las estancias del Palacio. Algunas, como las alcobas de sus majestades y la de la princesa, están restringidas. Pero las demás podremos visitarlos todas.
-¿Y la de la princesa desaparecida?- preguntó Ashley. De verdad ¿se puede ser más bocazas?
-No veo porqué no, bueno empecemos con la visita. Al final de ella tendréis una sorpresa.- dijo y empezamos a visitar casi todas las habitaciones del primer piso.Después de unas 2 horas sólo con el primer piso, nos dio tiempo libre para comer, y todos nos salimos al jardín.
Mientras la gente se sentaba en los bancos al lado de las fuentes que dije antes, yo sabía otro sitio donde sentarnos. Mi lugar favorito de todo el Palacio. Iba allí cada vez que necesitaba pensar o estar sola. Ese lugar sólo lo conocíamos mi hermana, Ari, y yo.
-Chicas, venid. Conozco un sitio perfecto para comer. Allí no nos molestará nadie.
-Pues a qué esperamos- dijo LaraNos escabullimos de la multitud a un rincón en la otra punta del jardín y entre los arbustos, busqué la entrada.
Entonces la encontré y empujé para abrir la puerta que estaba camuflada con las hojas. Entramos y nada más ver todas las flores y tranquilidad que había, recordé todos los momentos en los que había sentido que nadie me comprendía y venía aquí. Era precioso.
Empezamos a comer y estuvimos hablando y haciendo bromas todo el tiempo. Incluso llegué a olvidar dónde estábamos hasta que un ruido me volvió a la realidad.
Alguien estaba intentando entrar.
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El secreto de la chica de la gorra
UmorismoRachel "Ray" Sanders ha sido siempre una chica un tanto especial. No es como las demás chicas ni de lejos. Ella prefiere ir a jugar al fútbol a ir de compras. Odia los toda la ropa femenina (sobre todo los vestidos), el color rosa a muerte y todas l...