Capítulo 29

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Capitulo 29

Ezgi

A estas alturas Aksak ya debería estar acostumbrado al tráfico de Estambul pero la realidad era que hoy estaba demasiado impaciente como para lidiar con largas esperas en el coche. Le había costado mucho conseguir la maldita reunión cómo para perderla ahora. Tres años tras una maldita pista del hombre que le disparó, tres años desde que su mejor amigo dio la vida por él...todavía lo echaba de menos...La perdida de Yalcin quemaba aún cómo si fuese el primer día. A veces cuando le pasaba algo bueno o gracioso, todavía tenía el impulso de tomar el móvil para llamarlo y contárselo o mandarle un mensaje... la sensación sólo duraba unas milésimas de segundo y luego el dolor quemaba horas. Desde que había vuelto a Estambul le pasaba más a menudo, los lugares conocidos, los olores y sonidos de su ciudad llevaban a su hermano del alma en su esencia acrecentando a ratos su nostalgia y a ratos su rabia.

Los tres años que había pasado huyendo por el mundo de la venganza de Yaman habían sido frenéticos. No le hubiese importado morir...pero las últimas palabras de su amigo fueron "cuida de mi mujer y de los míos ellos no saben"...no cumplió su promesa con Kevser pero quedaban las vidas de los demás y la memoria de los que se habían ido para ser limpiadas. Se armó de paciencia y gracias a Dios el tráfico se comenzó a movilizar de nuevo. Mañana había quedado con Yaman y Seher en la mansión y esperaba poder llevar alguna buena noticia.

Los ojos de Ezgi se abrieron de par en par cuando el taxi la dejó frente a la mansión Kirimli. Pagó al taxista y cogió su pequeña maleta de manos del taxista. Se acercó a la verja y rápidamente dos hombres se acercaron a abrirle la puerta y preguntarle que deseaba,

- Yo...mi nombre es Ezgi y busco a Seher.

- Un momento señorita..- el guarda tomó su teléfono y llamó a alguien, luego se volvió y le preguntó,

- ¿Disculpe cual a dicho que era su nombre?

- Ezgi Seker, Seher me espera...- el hombre volvió a repetir su nombre a la persona al teléfono y luego colgó.

- Pase señorita, la esperan en la mansión permítame su maleta...

- No hay necesidad yo la llevaré...- dijo Ezgi pero no sirvió de nada.

El hombre le arrebató la maleta de las manos y la instó a que lo siguiera. Ya llegando a la puerta principal esta se abrió y salió Seher con una inmensa sonrisa en la cara y los brazos abiertos para recibirla.

- ¡Estas aquí! ¿ Se puede saber porque no me avisaste hubiésemos ido a recogerte a la estación?- le reprochó Seher mientras la envolvía en un gran abrazo.

Su amiga de la infancia era la de siempre...pero no lo era. Su forma de hablar, su calidez y su sonrisa eran las de siempre pero notó más cosas. Seher ya no era la niña tímida que llegaba a Antep todos los veranos y lloraba el primer día de vacaciones por su casa. Ahora en sus ojos pudo distinguir muchos más matices, era una mujer, más que eso ahora era esposa y madre además de la señora de una gran mansión. Jamás pensó que este sería el destino que estaba reservado para ella. Bueno lo de esposa y madre sí pero conociendo su modestia y sus gustos sencillos la mansión no le pegaba para nada, se moría de curiosidad por saber cómo era su marido.

- Ohh Ezgi estoy tan contenta de que te decidieras a venir...te he echado mucho de menos.

- Y yo a ti, pero sabes que he venido con una condición...no pienso ser sólo tu invitada ayudaré en la casa en lo que se necesite ¿de acuerdo?

Seher le dirigió una mirada de reproche pero asintió, ya lo habían discutido por teléfono. Pasaron a la casa y Seher la llevó a una preciosa habitación en tonos verde agua en la planta superior.

NO HAY FLOR SIN ESPINASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora