Prólogo.

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"Desde el tiempo de mi infancia no he sido como otros eran, no he visto como otros veían, no pude traer mis pasiones de una simple primavera. De la misma fuente no he tomado mi pesar. no podría despertar mi corazón al jubilo con el mismo tono; Y todo lo que amé, lo amé solo. Entonces -en mi infancia- en el alba de la vida más tempestuosa, se sacó de cada profundidad lo bueno y lo malo el misterio que todavía me ata:

Del torrente, o la fuente,

Del risco rojo de la montaña,

Del sol que giraba a mi alrededor, en su otoño de oro,

Del rayo en el cielo cuando pasaba volando cerca de mi.

Del trueno y la tormenta

Y la nube que tomó la forma

(Cuando el resto del cielo era azul)

De un demonio ante mi vista".

Edgar Allan Poe

La primera vez que leí este poema trajo a mi miles de emociones compartidas de mi infancia, el pasado se transformo en fragmentos cotidianos llamados traumas e inseguridades y las cosas tuvieron por primera vez una explicación. La vida me mostró las duras dosis de experimentar terrenos donde la muerte y la desesperanza claman por la luz de medio día, pero también los destellos de añoranza y de bondad que se pueden encontrar como las agujas en un pajar.

Entendí, que la vida surge tras la visión que aprueba las dosis de alegría, pero también de ineludible espanto. Nietzsche nos remonta a la idea de que la vida es la voluntad de poder, derivado de la fuerza.

Así pues, la vida es el deseo de alguien o del algo que quiere lo que puede y se expresa en términos de fuerza. Sin embargo ¿Qué pasa cuando esa fuerza no es suficiente?...

Simplemente somos presos de los ayeres, los haberes. Nos centramos en mundos paralelos donde la tristeza contrasta con el anhelo de felicidad, donde queremos buscar la libertad y la estabilidad emocional para poder ser entes de luz, pero, fracasamos en tener ambas.

Nuestra concepción de vida inicia desde que somos consientes de que existimos; esta se distorsiona con eventos que vivimos, sobre todo en etapas tempranas, cuando somos vulnerables a la crueldad humana.

Vivir o sobrevivir ¿Cuál de las dos hacemos? ¿Se puede vivir en un mundo donde la empatía y sensibilidad se fugan de nuestro concepto humano, donde el inocente solo será victima del aquel egoísta y poderoso? ¿Podemos vivir con la premisa de sufrimiento, pese al estado optimista que utilicemos para las cosas?

La historia narrada en este lienzo blanco, no es bonita. Surge de poemas, reflexiones como estás, donde la vida y las malas situaciones se combinan para terminar en desgracia y perdición. Una manera más para mostrar la distorsión de la realidad en la que nos desarrollamos, porque finalmente, ideas o pensamientos surgen de un porqué, de un evento a priori, de la imaginación dañada de alguien.

Me gusta jugar con la tragedia, sentir el dolor del personaje, porque como alguien pasional, si no duele no funciona, no llega al alma, y tal vez puede ser como el típico morbo por el sufrimiento o la excentricidad del masoquismo, pero también enlaza los fatídicos acontecimientos a los que estamos expuestos y que nos hace reflexionar, que no importa tu papel en esta vida, si es justa para ti o no, la muerte llega y no pregunta... Tan solo terminar con tu estadía aquí, dejándonos el claro ejemplo que no existe un final feliz, solo un final.

Imaginar y desarrollar la historia de como un niño puede ser victima de toda la insensibilidad y la ignorancia de la humanidad, nos hace cuestionarnos como sociedad.

La inocencia es lo que se busca y se destruye con más frecuencia en el mundo.



-Je suis un écrivain médiocre!

Pedacito de AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora