"La búsqueda"
—¿Es aquí? —
—Si no mal recuerdo, si—
Ahí estaban ambos parados sobre una pequeña y poco transitada calle, mirando con la duda en sus ojos aquella casa con un pequeño jardín.
—La verdad no estoy seguro. No recuerdo que la casa donde vivía Aioros tuviera este jardín, su madre odiaba las plantas por los insectos, además— caminó un poco para mirar con más detalle la fachada, pues ahora el color no se parecía a nada a lo que recordaba. —Su casa era totalmente blanca—
Bueno quizás decidieron remodelar, o tal vez tu amigo haya tenido la idea de darle nuevos detalles a su hogar ahora que es un adulto con responsabilidades—
—No lo creo, Aioros odia el color mostaza—
Un silencio invadió a ambos mientras no dejaban de ver la fachada en donde se supone que debía habitar el tan mencionado Aioros. La casa que Shura recordaba era de color blanco, con dos balcones cuyos barandales eran de madera, mientras que el pequeño patio de la parte de enfrente solo tenía piedra de rio y unas cuantas macetas que la abuela del castaño les había regalado a los dos hermanos, y la que miraba ahora era totalmente diferente. El color de esta había dejado de ser blanca para ser de un tono mostaza, mientras que cada balcón era adornado por plantas de diferente especie, y por demás, el patio que antes era sencillo ahora estaba rebosante de vida floral y bastante llamativo. Era claro que esa no podía ser la casa del castaño.
—No lo entiendo, esta debería ser su casa. —
—Calma Shura, lo peor que puede suceder es que tu amigo Aioros... se haya mudado— no pudo evitar que sus palabras fueran un tanto incómodas —¿Por qué no llamas a la puerta para quitarte de dudas? —
—Yo... no lo sé. Suponiendo de que siga viviendo aquí, yo no sabría que decirle. Ni siquiera sabría como mirarle a los ojos después de tanto tiempo. —
El tono desanimado con el que salieron sus palabras alertó a Lulo quien no demoró en darle su apoyo tomando su mano mientras le sonreía de una forma en la que Shura no podía sino encontrar cariño y auténtica preocupación.
—Tranquilo Shura, estoy seguro de que las cosas se darán de buena manera. Si te sirve de algo, yo estaría muy feliz de que mi amigo de la infancia me buscara—
Shura quedo bastante sorprendido con el gesto y las palabras que el menor dijo, y aún más sorprendido con lo que habían logrado esas acciones, pues había dado un poco de tranquilidad y ánimo para poder enfrentar la ausencia de su amistad.
Con calma soltó la mano del menor, quien tan solo retrocedió para darle espacio al español, atento a cualquier suceso que se diera. Shura por su parte caminó temeroso hasta la entrada de la casa, quedando frente a la puerta de madera con detalles de cristal. Con un fuerte suspiro llevó su mano al timbre tocándolo tres veces seguidas, escuchando el típico ding-dong.
Y esperó a que alguien atendiera a su llamado, sin embargo... nadie salió.
Intentó varias veces, incluso se atrevió a dar algunos golpecitos en la puerta, con temor a que alguien lo acusara de escandaloso, pero aun así todo seguía en igual suspenso.
—¿Todo bien, Shura? —
—No, parece que no hay nadie—
—Toca más fuerte, quizás no hayan escuchado—
Shura movió su cabeza con negación desistiendo su intento de llamar a la puerta. Por una parte, su alma se encontraba aliviada de que no hubiera nadie, pero por otra, atormentada. Dio media vuelta y avanzó hacia la banqueta que estaba frente a la casa y tan solo se dejó caer para sentarse y apoyar sus brazos en sus rodillas, sin saber cómo sentirse ahora que su intento de buscar al castaño estaba siendo obstaculizado por sus emociones.
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Pedacito de Alma
FanfictionTomar su mano confiando de la bondad que resplandece de su mirar, lo lleva por la oscura soledad, anhelando la vida a lado de su amor de la infancia. "Susurrará su nombre una y otra vez, hasta que lo encuentre y lo libere"