FIN

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—¿Por qué será que tenía la sensación de que vendríamos a la terraza de siempre?

—Por eso es la terraza de siempre...— el castaño lo guió hasta poder subir por completo las escaleras, y evitar cualquier desastre que pudiera hacer Park, con sus varios tragos encima.

Eran cerca de las cinco de la madrugada, aún faltaba para que amaneciera; pero en verano los tiempos corrían a otro ritmo.

Aún cuando no hacía frío, Jungkook decidió tomar la manta que siempre llevaba guardada en su motocicleta.
Colocándola cerca de una de las paredes del pequeño depósito, se sentó recostándose sobre la pared que tenía detrás suyo. Y luego llamó al menor para que se sentara con él.

Jimin se sentó entre las piernas de Jeon y se recostó en su pecho, mientras que el castaño lo abrazaba por la cintura.

—Podría pasar toda la noche así, esperar al amanecer y todo. Pero sé que querés decirme algo, Jungkook— el rubio acarició suavemente las manos que lo rodeaban, y se giró levemente, para voltear su cabeza y poder verlo.

—Solo dejame disfrutar un poco más...— la cabeza de Jeon se recostó en el hombro de Jimin, y aspiró suavemente para sentir el perfume que llevaba el menor.

El aroma de Park era tan especialmente particular, que le encantaba al castaño. No habría forma de reemplazarlo con otro perfume o esencia, porque era tan él.

Con su zurda, Jimin acarició con lentitud, la suave cabellera de Jungkook. Dejando unas suaves caricias en su rostro.

—¿Tan malo es de lo que tenemos que hablar?

—¿Por qué lo decís?

—Sé cuando no querés hablar de algo, pero aún así necesitas hacerlo. Y éstas haciendo eso exactamente...

Jeon levantó su cabeza cuando vió que el menor estaba acomodándose para sentarse frente a frente.

Sin embargo no soltó sus pequeñas manos, no podría hacerlo.

Los pequeños ojos de Jimin no le quitaban la mirada de encima, parecían pedir a gritos algo.

Que nunca lo soltara.

Y que sus manos siempre lo guiaran hacía él. Porque era su lugar seguro.

—¡Mierda! ¿Querés terminar esto, no Jungkook?— sus mejillas comenzaron a humedecerse. Jimin podía reconocer perfectamente aquella mirada de dolor y desesperación en los ojos de Jeon.

Le era imposible levantar su cabeza y mirar fijamente al rubio, sabía que se rompería si lo hacía.

Sus manos seguían entrelazadas, pero con mayor fuerza. Jungkook no iba a soltarlas. Le aterraba hacerlo.

—No quiero terminarlo. Quiero que realmente lo pensemos, Jimin. Durante éste último tiempo sufrimos más de lo que pudimos compartir juntos. No quiero que nuestra relación sea algo que nos lastime a ambos.

—En serio siento todo lo que pasó, Jungkook. Pero no podemos hacernos ésto, después de lo que hicimos para estar juntos.— sus palabras se entrecortaban por el llanto, y los pequeños espasmos que le causaba.

—No tenés que sentirlo, Jiminnie. Hay cosas que están fuera de nuestras manos; como la situación con tu mamá.— viéndolo por fin a los ojos, se acercó un poco para poder secar las lágrimas que aún corrían por su rostro.— Pero ambos tenemos situaciones que indirectamente afectan al otro. Y yo no quiero lastimarte, es todo lo opuesto a lo que deseo.
Me encantaría poder estar como estábamos en un comienzo, donde nada se interponía. Donde podía amarte sin que tengas que recibir las consecuencias de eso.

Unknown Letter [Kookmin AU] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora