Cuando Kayla Vendi llega al internado se convierte en la anormalidad. Una chica sin poderes o eso piensan.
El Internado Murdor es muy diferente a lo que ella pensaba; tratando encajar no se dará cuenta del mal que amenaza al Internado.
Elige bando;...
Parecía que desde que Kayla se había fugado las cosas en Palacio solo iban de mal en peor. Había pasado una semana, y no la encontraban todavía, pese a que estaban removiendo tierra y aire para buscarla. Como si sus enemigos supiesen como había decaído el ánimo en el palacio, hacía dos días habían empezado a atacar los alrededores, provocando que prohibiesen salir de palacio, y que tuviesen que volver la mayoría de los guardias para proteger a la capital.
-Papá, no podemos hacer eso- Negó Oliver al enterarse de la decisión que había tomado su padre- Si dejamos de buscarla y la encuentran los rebeldes antes que nosotros la matarán.
El rey suspiró sabiendo que no iba a poder hacer o decir nada, para que su hijo dejase el tema.
-¿Por qué te importa tanto esa chica?- preguntó a su hijo.
-Es importante para el reino.
-¿Solo para el reino?- le miro interrogante- ¿No para ti?
Oliver se quedó callado sin saber si responder, pero a su padre no le hizo falta que dijera nada.
-Te gusta, ¿no?
¿Tan obvio era? Pensó Oliver mientras secaba sus manos en el pantalón nervioso. Harley ya lo había averiguado, y si ella lo sabía Nate también lo haría, si Nate lo sabía Mack acabaría sabiéndolo, y si Mack lo sabía lo acabaría sabiendo todo el mundo.
-No me gust...
-No te atrevas a negarlo- le corto su padre- Soy tu padre, te conozco.
Oliver observo a su padre que le miraba esperando a que dijese la verdad.
-No me gusta- corroboró- Creo que estoy enamorado de ella.
¿Como? ¿Oliver estaba enamorado de la insulsa ignis? Lo que le faltaba a Mack, no se había toda su vida ahuyentado a las chicas para que no se acercasen a Oliver, y ahora venía una don-nadie sosa y estúpida y no solo llamaba su atención, sino que hacía que se enamorase de él. No podía permitirlo.
Se alejo de la puerta y se escondió para que nadie se diese cuenta de que había estado espiando la conversación entre Oliver y su padre. Vio como el que había sido el amor de su vida desde su infancia salía tranquilamente de la habitación como si no acabase de romperla el corazón. Cuando se hubieron ido, con la furia poseyéndola bajo las escaleras hasta la habitación de Kayla. Abrió la puerta con un golpe, su respiración forzosa debido al enfado. Miro a su alrededor enfadándose cada vez más y sintiendo como sus poderes iban descontrolándose. Una sensación de ahogo lleno su pecho y sintió que se moría, su sangre hervía y la rabia le subió hasta la garganta.
-¡¡Ahhh!!- grito mientras sus poderes se desataban.
Ráfagas de aire chocaron con las paredes rompiendo los cristales y espejos, las hojas volaron por todas partes y las plumas de las almohadas caían lentamente por el suelo. Las luces comenzaron a brillar aumentando su intensidad hasta que las bombillas explotaron dejándola a oscuras en medio de un desastre.
Nate se quedó descompuesto al ver a su hermana frente a él. Siempre había sido una chica alegre, segura de sí misma e imponente, en cambio en ese momento parecía tan frágil. Su corto cabello rubio le caía desordenado alrededor de su blanca cara, más pálida de lo normal, sus ojos brillosos y su nariz roja por culpa de las lágrimas. Miraba a todos lados como un cervatillo asustado mientras se encogía sobre sí misma. Ahí parada se la veía asustada, insegura y débil.
-Hey- la atrajo hacia él y la abrazo- ¿Que ha pasado?
-Oliver- lloriqueo. No era un secreto para él que su hermana llevaba enamorada del élite desde que tenía uso de razón.
-La quiere- musito ahogándose entre los sollozos- Ha dicho que está enamorado de ella.
-Ohh...Mack- la apretó más- lo siento mucho.
Mack se alejó de él y se llevó las manos al pecho desesperada.
-Siento que me ahogo-sollozo- Siento que esto es demasiado para mí.
-Tal vez te vendría bien alejarte de él- propuso Nate- Podríamos llamar a mamá.
-¿Sí?
-Si, podríamos llamarla y pasas unos días con ella, por lo menos hasta que te veas con fuerzas de volver.
Mack miro a su hermano enternecida y se lanzó a besarle en la mejilla, era lo mejor que tenía y sabía que siempre la apoyaría en todo.
-Te quiero Nate- susurro con voz de niña- Eres el mejor.
-Yo también te quiero hermanita.
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