† Capítulo 34 †

70 8 15
                                    


El agente Ryder carraspeó, rompiendo el silencio inundado en aquella celda.

― Los dejaré solos. ― notificó incómodo, retirándose. Al terminar de salir, aquel hombre idéntico a mi padre pudo hablar al fín.

― ¿Maeve? ― cuestionó en voz baja, incrédulo, con sus ojos enrojecidos. ― ¿Esa, Maeve?

Me encontraba desorientada, hace unos momentos había sido grotesco conmigo, ahora actuaba como si había descubierto un tesoro perdido. Me puse de pie y fruncí mi ceño.

¿Qué es lo que estaba pasando?

― Quítate el velo― demandó.

― ¿Qué? ― solté elevando una de mis cejas.

Sin esperar a que yo lo hiciera se acercó a mí y empezó a quitarme las horquillas y el velo, muy desesperado.

― Si eres tú ― emitió tocando mi castaña cabellera, tomó mi cara con sus dos grandes manos. Me atrajo hacía él y me envolvió en un asfixiante abrazo.

Deshice aquella acción muy confundida, eleve mi cabeza para mirarlo a los ojos. El aura a nuestro alrededor era rígido y muy desconcertado en ese momento.

― Disculpe, pero no entiendo nada de esto.

― No me recuerdas― emitió muy bajo y dolido.

Negué con mi cabeza. ― Lo siento pero, no sé quién es usted.

― Ahora lo entiendo. ―Habló a evasivas.― Tú rara y familiar manera de mirarme. Tu reacción cuando me viste por primera vez. ―Todo eso es porque... porque te recuerdo a él.

― ¿Cómo es que...?― ¿Quién es usted?

― Soy yo Maeve, el tío Maddox.

No tenía un paraguas para aquella tormenta. Mi expresión imitó a la suya, mi cuerpo comenzó a transpirar y a temblar, mi corazón resonaba por toda mi anatomía cabalgando a mil por segundos.

― ¿Tío? ―formule. ― No, no lo entiendo. ― Volví a negar con mi cabeza.

― Hanson y yo éramos gemelos. ―confesó.

Lo vi perpleja, entreabrí mis labios, intente articular palabra alguna, tragué saliva para poder hacerlo.

― ¿Qué? ― Papá nunca me habló de esto. ― ¿Por qué nunca me lo dijo?

Cerró sus ojos y de su boca salió un leve suspiro.―Hay muchas cosas que tienes que saber, pero ahora no es el momento, te he encontrado y eso es lo que importa.

― ¿Encontrarme?

― Te busqué todo este tiempo después de lo de Hanson. Fui hasta la mansión Andrews, pero Beck me dijo que habías sido ingresada a un hospital psiquiátrico, y que quisiste agredirla. Investigué en cada hospital de la ciudad pero las respuestas siempre eran: "no existe esa paciente con ese nombre".

― ¿Qué? ― Eso no es cierto.

Mordió el borde de su labio inferior. ―Perdona por tratarte así, es el cuarto reporte durante este mes. Algo extraño está pasando aquí y ahora que nos hemos conocido necesito más que nada tu verdad. ¿Lo hiciste tú?

― No. ― hablé segura, era la verdad, yo no era una asesina.

En el fondo de mi ser podía sentir que él aún dudaba de mí, sobre todo por la mentira que le había dicho mi madre. ¿Por qué ella haría algo así?

― Muy bien. Creo en tu palabra y no porque seas mi sobrina. Pero, sé que ocultas algo.

― Tú también guardas algo muy importante. Sobretodo cosas que papá jamás me confió. Cosas que necesito saber. ― Dije desviando ese tema, no quería que siguiera indagando, no en ese momento de fragilidad después de saber la verdad.

Secretos Oscuros en Isolated TownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora