Capítulo 22: Primer beso.

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—¿¡Pero que le han hecho!?— exclamó Susan.

Volvieron a aproximarse a la mesa buscando rastro alguno del león, pero no había nada. En el instante en que las lágrimas estaban a punto de volver a caer de sus ojos, el sol se alzó frente a ellas, y ahí, en el arco de la mesa, se posaba una enorme figura, era el gran león, era Aslan.

— Oh, Aslan— exclamó Lucy y las niñas fueron a su encuentro.

—¿Qué paso Aslan?— le preguntó Danielle—, hemos visto el cuchillo.

— No serás u-un... fantasma ¿o sí Aslan?

—Oh, claro que no soy un fantasma niñas— respondió el—, si la bruja hubiese entendido como funciona la mesa de piedra, todo sería distinto. Cuando un voluntario que no ha cometido traición alguna es ejecutado en lugar de un traidor, la mesa de piedra se romperá... y tal vez, hasta la muerte misma dé paso atrás.

Las niñas comprendieron, Aslan se apartó un poco y le dijo a Danielle que fuera con él.

—Danielle, tengo que hacer algo junto con Susan y Lucy. Me temo que no podrás acompañarnos, sin embargo, tú también tendrás una tarea de suma importancia.

—Lo que ordene, señor— dijo Danielle.

La bruja está preparando sus tropas, y nosotros hemos perdido ya mucho tiempo. Ve con Peter y alisten a nuestro ejército, tenemos una batalla que librar. La hora de usar el escudo y la espada de nuestro padre ha llegado, úsalos con honor, pequeña. Estoy seguro de que puedes hacerlo.

—Daré mi mayor esfuerzo, Aslan— respondió la niña.

Entonces Susan y Lucy se montaron en el león y partieron a gran velocidad deseándole suerte a Danielle. Ésta se fue corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían, al cabo de un rato se encontraba llegando a la carpa de Peter y Edmund.

— ¿Un anillo? — preguntaba Edmund—, ¿De dónde diablos sacaremos un anillo aquí?

—No lo sé—respondía Peter—, creí que sería buena idea.

— ¿De qué hablan? ¿Qué anillo?— preguntó Danielle jadeante, colándose en la carpa de los niños.

El rostro de Peter se sonrojo de sobremanera y Edmund se echó a reír. Como ninguno respondió, Danielle de apresuro a contarles todo lo que había pasado. Cuando termino, los rostros de los niños se tornaron más serios.

— Tenemos que preparar todo Pet—dijo Danielle.

— No hay tiempo que perder— respondió el—, pero antes, hay algo que quiero decirte— añadió tomando las manos de la niña.

—Dime.

— T-tú me g....

— ¡Oigan aún sigo aquí!— exclamó Edmund—, vámonos ya. Aslan quería que nos diéramos prisa.

Y así lo hicieron, partieron de inmediato a dar órdenes a sus tropas y a reunir material para la batalla. Tardaron alrededor de una hora y media. En ese momento se encontraban ya en posición, en la llanura del valle. Danielle, Peter, El mayor centauro y la mayor centauride encabezaban el ejército de Aslan. Peter aparto un poco a Danielle del ejército para hablar.

—Escucha, si no sobrevivo— empezó él—, no me perdonaría no haberte dicho lo mucho que me g....

Danielle lo interrumpió, y ahí, en medio de una posible guerra, ella lo besó. Fue un beso dulce y cálido, reconfortante en ese momento. Después de un par de minutos se separaron —con una que otra pausa— y se contemplaron fijamente el uno al otro. Sonrieron.

—Me lo dices cuando hayamos ganado— dijo Danielle y Peter se limitó a regalarle una pequeña sonrisa y un beso en la mejilla.

Edmund los miraba desde lo alto de una colina, junto con el señor castor y una tropa de arqueros.

—¡Estos dos están chiflados! — exclamó Edmund—, mira que besarse a punto de iniciar una batalla... ¡Ni siquiera le ha pedido que sea su novia!

Peter y Danielle volvieron al frente del ejército, y la mayor centauride hizo sonar su cuerno. Entonces, desde el otro extremo de la llanura se asomó la figura de una mujer, alta y bellísima, manejando un trineo grande conducido por tres osos polares, la bruja blanca.


[Ahhhhh, el momento que estábamos esperando ¿les gustó? <3 ]


A Través Del Agua: Hija Del Mar © || Peter PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora