Capítulo 7: Roads Untraveled (Parte 1)

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  Los días pasaban y Catra se cuestionaba si ir o no a hablar con Laurel: no quería dejarse llevar e ir incrédulamente, para aquello necesitaba ser un poco desconfiada ya que no dudaba que la guerrera aprovecharía cualquier signo de vacilación a su favor. Mientras Catra se decidía, Laurel permanecía en la prisión, cansada y aburrida de no tener otra actividad más que meditar, hacer algo de ejercicio (el cual se veía limitado por las lesiones de su cuerpo) o dormir. Esto último era lo que más odiaba, ya que cada vez que intentaba descansar, alguna pesadilla acerca de su pasado aparecía, haciendo que despierte agitada y melancólica. Y Si bien su cuerpo se lo pedía, ella se negaba a dormir la mayor parte del tiempo; ya había revivido suficientes veces sus recuerdos cuando estuvo encerrada por años en la oscuridad y no quería hacerlo más.

  El tiempo parecía pasar más lento allí y no tenía muchas esperanzas acerca del "nuevo hogar": tal vez para el resto sería una maravilla, pero ella no esperaba más que una triste y pequeña habitación como en la que estaba, desconociendo como las prisiones reales en Etheria eran, las cuales distaban bastante de ello.

  Laurel, ya resignada a la falta de actividades, se recostó, tratando de descansar un poco. Si bien su idea no era dormirse, impulsada por el silencio que se había formado en la nave, sus ojos se cerraron de forma involuntaria. En un comienzo no había más que oscuridad y permaneció así por un rato, hasta que un recuerdo invadió su descanso, uno que hubiera preferido no recordar en absoluto: Ella estaba parada en la entrada de la nave que alguna vez le había pertenecido, pero que ahora era de Mara, viendo como esta se preparaba para partir. Laurel intentó reiteradas veces de convencer a sus superiores de que esta aún no estaba preparada para irse, pero por primera vez en mucho tiempo, no consiguió lo que se propuso:

  "Luego de ayudar a su amiga con sus últimos preparativos, Laurel se paró fuera de la nave, esperándola para despedirse, con un nudo en la garganta y una frustración que nunca había sentido.

  Una vez terminó, Mara se acercó, pudiendo notar la clara angustia de su acompañante y preguntó, preocupada: —¿Estás bien?

  —No, no quiero que te vayas...soltó Laurel sin más, al borde de las lágrimas, tomando su mano. Mara en un principio se sorprendió, no esperaba aquello tan de repente, menos de una persona tan fría como ella. Por lo que se tomó unos segundos y luego sonrió llena de compasión y amor, pero con cierta tristeza en sus ojos: ella tampoco quería irse, pero debía hacerlo.

  —Tengo que, Laurel...—respondió sin soltar la mano de su amiga, la cual la apretó un poco más fuerte—pero te prometo que cuando termine voy a venir y llevarte conmigo para que conozcas Etheria tú también—dijo tratando de calmarla, pero Laurel no sabía que decir: en parte entendía y sabía que hacer algo para evitar su partida iba a traerles demasiados problemas, así que trató de controlarse un poco y tratar de dejarla ir.

  —¿Lo prometes?

  —Lo prometo, pronto nos veremos otra vez...—afirmó Mara sonriendo y soltó su mano—. Hasta pronto...—la saludó una última vez, viendo a Laurel a los ojos, sintiendo como ambas se rompían con aquella despedida.

  Sin querer llorar para hacer las cosas más difíciles, Mara se dio vuelta y caminó sin mirar atrás. Se mantuvo así hasta entrar en la nave, donde, mientras la compuerta se cerraba, no pudo evitar dar un último vistazo, con sus ojos llenos de lágrimas, a Laurel, quien estaba igual a ella. Minutos después, la nave despegó, llevándola, sin ella saberlo, hacia donde sería su final."

  La guerrera volvió a la realidad casi al borde del llanto, llena de enojo e impotencia. Y se hubiese dejado llevar un poco por aquellos sentimientos de no ser que sintió como alguien la observaba desde afuera: Laurel abrió los ojos y se levantó para ver de quién se trataba, encontrándose con Catra. Esta última estaba con los brazos cruzados, a punto de retirarse del lugar al ver que la otra chica no parecía estar disponible en aquel momento, un tanto aliviada de no tener que hablar con ella como pensaba, ya que comenzaba a sentirse un tanto arrepentida de la idea.

She-Ra And The Nightmare WarriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora