Jungkook se encontraba en su escritorio con todo el papeleo de ayer, analizando cada uno de los datos para poder descubrir algo.
Había ido a registros para pedir todos los archivos de las joyerías y bancos que el tal Kitty Gang había robado.
Eran demasiado y todas las declaraciones eran impresionantes; era como si aquel hombre realizara sus robos como un villano de película.
Obviamente había hecho esto a espaldas de su compañero, no quería tener que lidiar con él y sobre todo con el castrante de su jefe.
Después de varias horas a estudiando parecía ser que Bae tenía razón.
No había ni un solo patrón o pista que pudiera guiarlos a Kitty Gang.
Trató de guiarse por las calle, el número de banco, posiciones sociales... Y nada.
Ni una sola migaja.
Pasó las manos por su cabello en un signo de enojo. Debía calmarse y resolver eso cuanto antes; tal vez si podía con este caso al fin su jefe se daría cuenta que tenía el potencial para ser un gran detective, así que no debía andar compadeciéndose.
Cerró los ojos por un momento, buscando una salida de este callejón.
El sonido de algo cayendo contra la mesa lo espabiló. Era compañeros, quien le había llevando una taza de café.
—Gracias —murmuró apenas audible en un intento desesperado para que el pelinegro no viera el papeleo.
—De nada —se alejó para sentarse en su escritorio—. Pronto empezarán las rondas de tránsito, espero que estes listo.
Jeon se limitó a asentir mientras bebía café, el sabor magnífico calló por su garganta y como si eso hubiera activado un switch. Una idea llegó a su cabeza.
—Ahora vuelvo —se levantó con rapidez sin dar muchas explicaciones.
De todos modos a Bae no parecía importarle.
Salió de la comisaría yendo directo a su automóvil, arrancó tan rápido como pudo y se dirigió a las afueras de la ciudad.
Una vez en su destino, aparcó el coche y se echó el cabello para atrás. Para no perder más el tiempo salió del coche y entró directo al bar, sin mirar a nadie fue hasta la mesa donde siempre se quedaba.
Una mesera con pinta de tener pocos amigos se acercó a él.
—Qué quieres de tomar —lo miro.
Jungkook ya estaba acostumbrado.
—Dile a Taehyung que un viejo amigo está aquí —dijo él.
La chica sólo rodó los ojos y se fue.
Jeon echó un vistazo al lugar y estaba igual que siempre; lúgubre y sin esperanzas de vida.
¿Qué espera? Después de todo era un bar de exconvictos.
—Hola guapo.
Taehyung llegó con dos cócteles mientras sonreía. Le devolvió la sonrisa.
Kim Taehyung era un antiguo bailarín que Jeon había sacado de las calles por no tener dónde vivir y que comer. Después de cierto tiempo, Tae se había dedicado a ser el dueño de ese bar y ayudar a la gente que no podía tener segundas oportunidades en la sociedad.
Se veía igual de tierno con sus pendientes y vestimenta muy bien combinada que hacían que su estilo fuera único.
—Ha pasado mucho tiempo Jungkookie —río levemente al mismo tiempo que tomaba asiento—. Y algo me dice que no solo viniste a verme.
Fingió un puchero dolido.
—Lo sé —también río aceptando la bebida—. Y lo siento; he estado muy ocupado.
—Ya sabes que por mucho que me guste verte. Tienes que avisar que vienes —se inclino a él hablando en un tono más bajo—. A los chicos no les gustará saber qué hay un policía merodeando por aquí.
—Ya se —habló avergonzado—. Pero necesito tu ayuda.
—¿Oh? —sonrió con malicia—. ¿Y qué es eso tan importante?
—Necesito información —trató de ser cuidadoso con las palabras que elegía—. Y a cambio te daré lo que quieras.
El castaño lo miró directamente, pensando por un momento.
—Está bien —se encogió de hombros—. Qué necesitas.
Jungkook lo miro fijamente por unos segundos.
—¿Qué sabes de Kitty Gang? —soltó sin más.
Las mejillas de Kim tomaron un color rosita.
—Mmmh. Nada Jungkookie —bebió de su vaso.
—Taehyung... Por favor —se reclinó sobre la mesa—. No quiero comprometerte, solo una pequeña pista. Eso es todo.
—Pides demasiado bebé —se cruzó de brazos.
—Por eso vine con el mejor de mis chicos —le guiño el ojo.
El contrario soltó una risita.
—No puedo decirle que no a tus ojitos —suspiró mientras se levantaba—. Veré qué puedo encontrar, pero no te hagas ilusiones.
Él solo asintió viendo como su amigo se alejaba. De verdad espera que pudiera encontrar algo, sino tendría que buscar por más informantes.
Estuvo esperando aproximadamente 15 minutos cuando vio a Taehyung acercándose de nuevo.
—¿Y bien? —habló ansioso mientras su amigo se sentaba.
—No encontré mucho —hizo una mueca—. Los muchachos solo me dijeron rumores.
Le pasó un papel con el nombre de dos lugares específicos.
—Dicen atacará la joyería Deluxe en tres días —señaló el papel—. Pero nadie está seguro; Kitty Gang no es muy amistoso.
Jeon asintió sintiendo alegría por su primera pista congruente.
—Y también mencionado que asalta por la noche... obviamente —habló apenado—. Fuera de eso no encontré nada más. Lo siento.
—Es más que suficiente —le sonrió—. Gracias Taehyung.
El castaño le regaló una sonrisa grande y cuadrada.
Jungkook guardó el papel y se giró a su amigo.
—Ahora el pago —río—. ¿Qué es lo que quieres?
Aquel chico lo miro de pies a cabeza y después sonrió con sorna.
Eso no le dio buena espina a Jeon.
—¿Aún recuerdas la coreografía de Black or White de Michael Jackson? —recargó su mentón en la mano derecha.
El contrario frunció el ceño.
—Si... Por qué —su voz mostraba inseguridad.
—Creo que ya sé como quiero tu pago —volvió a reír—. Ven conmigo.
Su amigo se levantó guiándolo a la segunda plata del bar.
Una hora después...
Jungkook se encontraba vestido y maquillado de manera muy atractiva presentando la coreografía para un grupo de abuelitas que la estaban pasando muy bien.
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歴史; バン!
Fiksi Penggemar彼らは歴史を楽しんでいます。 Siendo un oficial con algo de experiencia Jungkook se enfrentaría con un ladrón un tanto peculiar. 乂koomin
