歴史; バン！

数; 𝟎𝟕

—¡Ah!

Jungkook despertó de golpe, pero del que se llevó al levantarse bruscamente, su frente fue a dar contra el techo de su automóvil. ¿Qué carajos había pasado? Observó a su alrededor desorientado y confundido. Seguía en su carro justo enfrente de la joyería, la cual por cierto estaba rodeada de patrullas y policías, se agachó un poco para que nadie lo reconociera.

Después de todo Kitty Gang había hecho de las suyas, de nuevo. Pero... ¿Cómo llegó hasta su coche?
Será que aquel cruel ladrón lo habría ayudado o... Bien tendría que resolverlo después. Su teléfono lo asustó, lo sacó de la guantera y vio el nombre.

Era su jefe, su alma se congeló.
Sabía que nada bueno se avecina, sin más contestó.

—Hola —le saludó con inseguridad.

—¿¡Dónde rayos estás!? —gritó a través de la bocina.

—Voy llegando jefe —mintió.

—¡Apresúrate con un demonio! —después de eso colgó.

Tragó saliva nervioso. Esta hombre muerto definitivamente, salió del coche y se peinó los cabello hacia atrás con las manos, después de eso, camino rígido al establecimiento. Vio a unos de sus compañeros, junto a Bae y Choi.

Se acercó a su viejo camarada.

—¿Qué pasa? —pregunto sudando frío.

Este soltó una risa sarcástica.

—Después de ser tú él que quería atrapar a ese ladrón de cuarta, no sabes lo qué pasa —negó tomando unos cuantos papeles.

—¿KG atacó de nuevo? —se hizo el desentendido.

—¡Ese chiquillo es tan irritante! —interrumpió Choi—. ¡Limpien este desastre ahora!

Fue lo ultimo que dijo mientras salía hecho una fiera. Jeon trago el nudo que tenía en la garganta.

—Disculpe —se acercó a su compañero—. ¿Solo eso pasó?

Se sentía muy tonto al hablar, como si su lengua tuviera un yunque.

—Así es, vino y asaltó todo como siempre —se encogió de hombros—. Aunque es raro, activo el sistema de seguridad, nunca lo hace.

Él se quedó pensativo... Lo engaño de nuevo.

—¿No había nadie más con él? —volvió a preguntar.

Bae frunció el ceño y lo miro.

—Que yo sepa, siempre trabaja sólo —le dio un golpe en el hombro a Jeon—. Despierta muchacho, sigues en la cama.

Después procedió a hacer el papeleo, Jungkook estaba temblando.

«¿Por qué está vez me ayudo?»
Pensó recordando todo en su cabeza.

Sus ojos fueron a parar contra la vitrina donde lo había acorralado. ¡Las huellas dactilares!
Kitty Gang había puesto sus manos ahí, ahora si podría encontrarlo, pero al observar el cristal, este no tenía ni una sola huella, era extraño.
Miro su palma y coloco sus dedos justo donde el pelirosa había puesto sus manos.

Cuando las despegó, quedaron las suyas. Era muy listo, incluso limpió sus huellas. Negó muy confundido.

—¿Hay algo ahí? —otro oficial de su departamento lo observó.

—Creí ver algo —se encogió restándole importancia—. Pero no es nada.

Salió de ahí en busca de aire, entró en su auto y respiró agitado.
Primero ese extremo chico le da una pista de donde estaría, luego le da otra paliza y después lo ayuda. No tenía sentido, era muy confuso; pero se había salvado de una cagada en grande.
De eso no había duda.