Ir al Norte🔮

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El hecho de que se las arreglara para encontrarlo ya no le parecía extraño; el hecho de que pareciera feliz de verlo, sin embargo

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El hecho de que se las arreglara para encontrarlo ya no le parecía extraño; el hecho de que pareciera feliz de verlo, sin embargo....

"Quizá la conversación con tu madre fue mejor de lo que pensaba", dijo él.

"No necesariamente", respondió ella. Agarró su bolso y la sonrisa se le escapó. "Pero no habría servido de nada, ¿verdad? No a estas alturas".

"Supongo que no", cedió él. Estaban de pie a una distancia incómoda, lo suficiente como para que los pasajeros se sintieran cómodos caminando entre ellos, dándose cuenta demasiado tarde y poniendo caras de disculpa mientras daban los dos pasos de un lado a otro de su conversación. Snape no se atrevió a acercarse a ella. Habría sido, pensó, como admitir algo.

"Además", dijo Hermione, "sólo no puedo soportar que me digan que estoy equivocada tantas veces". Se colocó un rizo salvaje detrás de la oreja y levantó la barbilla. "No estoy acostumbrada a ello y no lo soportaré".

Snape se metió las manos en los bolsillos, encorvándose en el cuello de su abrigo.

"¿Adónde irás, entonces?", preguntó, deseando que esta conversación terminara.

Sus cejas se fruncieron. "Contigo", dijo ella, con un claro implícito. "¿Alguna objeción?"

Millones, pensó Snape. "¿Por qué?", dijo.

Otra familia pasó entre ellos y, frustrada, Hermione agarró la manga de Snape y lo arrastró más cerca. Los dedos de ella se detuvieron en su puño un poco más de lo debido antes de que él tirara del brazo para zafarse de su agarre, cansado de ser manoseado por extraños. Esta conversacion, que nunca tuvo la intencion de tener en primer lugar, y que habia dejado en un esfuerzo por evitarla, estaba yendo a un lugar que el no esperaba. Y, a juzgar por su expresión, continuaría de la manera que había determinado.

"No puedo seguir haciendo esto", dijo, dejando caer la mano de nuevo a su lado. "Es demasiado".

"No sabía que estuvieras haciendo nada", dijo él.

"A eso me refiero", espetó ella, con la irritación de él contagiada. "Estoy desperdiciando mi vida, y gastando demasiado de mi precioso tiempo completamente enlatada con la medicación que me recetan porque todo el mundo me dice que estoy mal. Y ahora estás aquí..." Ella volvió a agarrar su maldita manga. "...y sé que no lo estoy. Soy una adulta", respiró, "y creo que ya es hora de que actúe como tal".

Estaba muy orgullosa de su discurso. Él lo notaba. Debía de haber estado almacenando esas palabras durante años, practicándolas en su cabeza, preparándolas para el momento adecuado. Siempre debió de imaginar que se las recitaría a sus padres, no a él, aunque, pensándolo bien, supuso que podría haberlo hecho antes de venir a reunirse con él. Eso explicaría por qué el color de sus mejillas era tan alto. Se la imaginaba paseando por la cocina, después de haberse negado a ceder ante la exigencia de su madre de retirarse al estudio. Estaría gesticulando salvajemente, luchando por su lado, queriendo, por una vez, ser escuchada, queriendo que alguien la entendiera.

𝙳𝚎 𝙼𝚒𝚝𝚘 𝚢 𝙼𝚊𝚐𝚒𝚊 || 𝚂𝚎𝚟𝚖𝚒𝚘𝚗𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora