Sabía que no era bueno para ella, estar así, esperando que apareciera algo que no existía. Que ocurriera algo espectacular entre las casas mal numeradas. Algo que demostrara que la magia era real.
Eventual Snape/Hermione. AU con propósito.
#Sevmion...
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Hermione se enfrentó a la oscura cocina para preparar el té mientras Snape iba a la tienda de la esquina a por leche. Ella seguía allí cuando él regresó, lo que le habría servido de burla, en cualquier otra situación que no fuera ésta.
Parecía muy grave sentada junto al fuego, con las mejillas sonrojadas del mismo color que su jersey de punto, los pies de las medias (calcetines nuevos, de color azul brillante) metidos bajo las rodillas mientras se ponía cómoda en su sillón favorito. Por primera vez en semanas, el calor del fuego parecía impregnar en lugar de irradiar. Snape se sentó en el sofá frente a ella, con el té en la mano, y esperó a que hablara.
"¿Quién ha sido?", preguntó ella tras un largo y punzante silencio. Ella se movió; sus vaqueros chirriaron contra la tela del sillón. "La pintura de la puerta".
"Los vecinos me odian", respondió Snape. "Salir en las noticias sólo les dio la oportunidad de demostrarme cuánto. Te perdiste el fantástico trabajo de grabado en la ventana frontal".
Hermione se revolvió en su asiento y se acomodó cuando se dio cuenta de que no podría ver los arañazos con las cortinas cerradas. "¿Qué les has hecho?", preguntó. Snape alzó las cejas y ella se agarró las rodillas con las manos. "Quiero decir... he ido a la biblioteca", dijo ella. "Bueno, a los Archivos Nacionales. Para leer sobre ti".
"¿Oh?" dijo Snape. Tomó un sorbo de su té, con la mirada fija en la parte más caliente de la llama.
"Tu acusación", dijo Hermione. Se detuvo, aparentemente esperando que él hablara. No dijo nada. "No veo dónde entra lo de 'pervertido'", dijo ella, con un rostro afortunadamente impasible al pronunciar la palabra en voz alta. "La acusación decía que habías matado a alguien".
"Lo hice", dijo Snape secamente.
"Eso es lo que decía".
"Decía que me habían condenado por matar a alguien", respondió Snape.
"Sí", convino Hermione.
"Hay una diferencia".
"Soy consciente". Deslizó los dedos por las recortadas líneas de sus espinillas. Sus zapatos yacían a los pies de la silla; había demorado en quitárselos todo lo posible, como si estuviera preparada para correr. ¿Qué le había dicho para que ahora confiara en él?
"¿Viste que apelé?", preguntó.
"Sí. No dio el resultado". Snape hizo un ruido y Hermione le frunció el ceño. "¿Por qué te hace gracia?", preguntó, sonando dolida.
