Sabía que no era bueno para ella, estar así, esperando que apareciera algo que no existía. Que ocurriera algo espectacular entre las casas mal numeradas. Algo que demostrara que la magia era real.
Eventual Snape/Hermione. AU con propósito.
#Sevmion...
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Severus Snape estaba de mal humor.
Hermione también sabía exactamente por qué. Había estado al pie de la escalera cuando oyó el deslizamiento de los platos por la mesa, el profundo y murmurado "Gracias" de Snape y la voz mucho más alta y muy chirriante de la señora Jones:
Fue una risa, al principio, nerviosa, seguida de su pregunta: "¿Bajará pronto tu amiga? Puede ser un poco intimidante solo, ¿no?".
Hubo una pausa, como si la mujer estuviera esperando una respuesta. Hermione se detuvo detrás de la puerta casi cerrada, mordiéndose el labio, no muy segura de querer interrumpir.
"No me estoy haciendo la graciosa", continuó la señora Jones. Se oyó el estallido de un tarro cerrado que se abría (o tal vez Snape acababa de lanzar un columpio y había hecho volar su dentadura postiza, pero un tarro de mermelada parecía más probable) y el raspado de un cuchillo sobre un plato. "Es que... tienes la mirada de un asesino en serie, creo. Te ablanda un poco".
Mi señal, pensó Hermione, abriendo la puerta y sonriendo, esperando que no pareciera que había estado llorando. Snape no la perdonaría nunca si le daban a la mujer aún más material para sus cotilleos semanales del supermercado.
"Buenos días", dijo Hermione alegremente. "Lo siento, he tardado demasiado en la ducha".
"Buenos días", dijo la señora Jones, con la cara roja de vergüenza, como si Hermione la hubiera encontrado charlando con Snape en lugar de insultándolo. "Siéntate. Saldré con su desayuno en un momento. Sírvete unas tostadas".
Desapareció de nuevo en la cocina.
"¿Te sientes mejor?" Preguntó Snape sin interés mientras Hermione se acomodaba en la silla de mimbre frente a él.
"¿Te sientes asesino?", chistó ella. Él le puso mantequilla a su tostada, frunciendo el ceño. "Creo que deberíamos tomarnos un descanso hoy", le dijo ella. "Al menos mentalmente. Este podría ser el único día claro que tenemos, creo que deberíamos ir al bosque".
"Ni siquiera sé lo que estamos buscando", dijo él, negándose a mirarla mientras metía setas en su tostada con el dorso del tenedor.
"¿No es obvio?", preguntó ella, perfectamente consciente de que estaba siendo un poco insufrible, y deleitándose en ello. "Otras personas. Como nosotros, supongo".
"¿Crees que los hay?"
"¿No debería haberlos? No podemos ser sólo nosotros".
"Gente", dijo. "Sólo de pie en medio del bosque".
"No lo sé. Tal vez". Ella tomó un bocado de tostada, masticó, tragó. "Sé que es una estupidez".
