CAPÍTULO 1: REENCUENTRO

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"A veces pienso que la vida no tiene sentido. De momento me siento en la cumbre, pero he pasado la mayor parte sumergida en el intenso deseo de querer ser mejor. Todo el tiempo trato de serlo.
Me encuentro lejos de la realidad, mientras la incertidumbre me acompaña, a la expectativa de lo que puede ser, de lo que pronto acontecerá. La nostalgia existente hace que el ambiente se torne denso.
En ocasiones deseo que mi vida fuese diferente, pero sé que la consecuencia de mis acciones es lo que me ha traído hasta aquí.
El silencio colectivo de las almas que proclaman una vida feliz para siempre.
Mi vida no tiene inicio ni fin. Es un círculo constante, vicioso. Estoy aquí, ahora. Alterando mis sueños para lograr despertar.
Soy una nefelibata perdida, tratando de sobrevivir.
Si algo arruinara todo esto, lo único que me quedaría es intentar vivir mi vida de la manera más intensa posible."

-Acércate un poco más. -
Escuché que Olly decía, mientras yo trataba de mantener mi mente distraída para no sentirme nerviosa. La noche transcurría amena y resplandeciente. Quería congelar ese instante por el resto de mi vida.

Era un poco antes de medianoche, 17 de junio. Estábamos dando vueltas por todo Manhattan, buscando un lugar en donde cenar. Celebrábamos nuestra última semana en la preparatoria, antes de graduarnos.

Las estrellas iluminaban el cielo y a la luz de la ciudad la vida se sentía bien. Lo único mejor que la vista, era la compañía de mis amigos.

Después de un largo rato dando vueltas sin sentido se les ocurrió subir al Empire State Building.

- ¿Acaso Nueva York no es el lugar más hermoso en todo el mundo? - Al ver la ciudad logré sentir la misma emoción que Olly. Llevaba poco más de dos años siendo su amiga, pero era la primera vez que lo veía estupefacto por lo que contemplaba a su alrededor, incluso sabiendo que había vivido toda su vida en Nueva York.
-Todo es mejor aquí, ¿no crees? -

Oliver Bourne, mejor conocido como Olly. Era el típico chico que parecía malo pero en realidad era encantador. Poseía una mente fascinante, tan inteligente y despreocupado de la vida que pasaba. Su aspecto lo hacía parecer serio y reservado pero era todo lo contrario.
Olly era uno de mis mejores amigos. Sentía tantas cosas y él correspondía con una amistad pura y sincera.

Aparté uno de los mechones marrón de su frente, su cabello era como la seda, y caía en remolinos hasta su cara.

-Podemos quedarnos aquí para siempre. - repliqué. Nunca importaba el lugar, siempre que estuviese con Olly, todo estaría perfecto. Lo único que hizo después de mi comentario fue sonreír.

Eramos dos almas completamente distintas, contemplando el cielo y las estrellas.

Olly era muy extrovertido, su estilizada forma de vestir y sus ojos azules siempre llamaban la atención de todos, nunca faltaba alguien que se le ayudara a alimentar su ego. Estaba acostumbrado a la vida rodeada de lujos y agendas comprometidas. Sus papás eran empresarios conocidos en Nueva York, dueños de una famosa cadena de restaurantes.

Yo por el contrario, era una persona muy reservada, pero rodeada de personas que me aseguraban que era adorable. A veces creía que era para romper la tensión de mi pésima manera de entablar una conversación.

-Desearía quedarme aquí, contigo. - me contestó después de un largo rato. Solía reservar sus sentimientos al universo, pero conmigo era la persona más sentimental que podía existir, entendía sus complejos pensamientos a la perfección.

-Espero no interrumpir, chicos. - comentó John mientras buscaba la manera de llegar hasta nosotros sin verse imprudente. -Creo que es hora de irnos, Matt y Charlie sugirieron ir a mi casa a pasar el rato. -

Donde el Destino Decida LlevarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora