CAPITULO 11: AMY

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Paula y Regina habían sobrepasado todas la expectativas. Hacía poco más de un mes que vivíamos en Kappa, pero se sentía como si las conociera de toda una vida.

Mi relación con Deb se había intensificado de la misma manera. Continuabamos juntas durante las clases, frecuentabamos la cafetería en la que trabajaba James, incluso en muy extrañas ocasiones la acompañaba hasta tarde en el que solía ser mi antiguo dormitorio. La escuchaba hablar constantemente sobre sus sentimientos por David.

-Deberías acompañarme a los entrenamientos de David. -

Ese tipo de distracciones era lo último que mi mente necesitaba, no lograba enfocarme en todo lo que estaba a mi alrededor, por todo lo que mi mente acumulaba.

Oliver era una de las principales razones por las cuales permanecía así, no habíamos hablado en las últimas tres semanas pero sabía más de lo que debía. Marie y él se convirtieron en buenos amigos, así que compartían mucho tiempo juntos. Trataba de evitar cualquier cosa que involucraba a mis amigos en Nueva York, mi vida se limitaba al campus universitario, como si el resto del mundo no existiera.

La nostalgia me estaba comenzando a invadir. No me permitía pensar más allá. Me atormentaba constantemente, me generaba sentimientos de culpa, mismos que desaparecían al regresar a la realidad. Al final del día el sentimiento de culpabilidad regresaba, me torturaba.

Pensaba que no debía estar en California, que no debía ser feliz con las personas que estaban a mi alrededor. Me reafirmaba que mi única vida era la que había dejado atrás.

Paula era la única persona que parecía leer mi mente, siempre intentaba hacerme feliz. Pensaba detenidamente cada acción que debía realizar para ayudarme a superar mi mala racha.

Cuando Octubre llegó, fue la primera en decidir qué Kappa tenía que ser la anfitriona de una fiesta de Halloween. Moría por algo inolvidable. Maia no dudo ni un segundo en acceder.

- ¿Con qué disfraz nos vas a sorprender? - preguntó Paula mientras comprabamos todo lo necesario para la fiesta.

-Creo que es buen momento para disfrazarme de estatua de la libertad. - me miró con poca sutileza, un tanto sorprendida por bromear sobre mí.

- ¿No has pensado volverte comediante? -

-Lo tendré en cuenta.-

Algo en Paula hacía que recordara a mis amigas de Nueva York, tenía tanto en común con ellas. Era tan misteriosa y transparente, parecía magia.

Los días y la vida continuaban pasando, la fiesta se acercaba cada vez más, pero ninguna tenía idea de que disfraz iba a usar. Tenía la buena costumbre de tomarme muy en serio los disfraces en Halloween.

-Eres fan de Lady Gaga, utiliza alguno de sus looks- aportó Regina mientras buscaba ideas de disfraces en su computadora.

-Lo hice hace tres años. - le respondí.

- ¿Y de Lana del Rey? -

-También, en el 2015. -

-Se me acaban las neoyorquinas famosas, El. - denotaba impaciencia mientras continuaba leyendo una lista de "neoyorquinas famosas".

-No lo sé Eloane, es solo un disfraz.-

Y lo era, qué tan complicado tenía que ser decidir que usar en una fiesta, siempre cargaba el mismo dilema.

Finalmente la brillante idea resplandeció en mi mente un par de días después. Como la representación correcta, lo que estaba buscando.

-Te dije que era solo un disfraz.- repetía una y otra vez, segura de sí misma en un tutú rosa y con un cuerno colorido en la frente.- no es la gran cosa.- me aseguraba.

-Para El no, dejala en paz Reggie.- le contradecía Paula mientras arrojaba más sangre falsa a lo que parecía ser un vestido de novia.

-Sigo sin entender tu amor por las artistas alternativas.- respondió como última objeción y se resignó a dejarme en paz.

Amy Winehouse fue la solución perfecta después de mostrar fotos de las últimas fiestas con Charlie y el resto de mis amigos. "Algo que caracterizaba mi vida en ese momento" fue todo lo que les dije y bastó para seleccionar ese disfraz. Con cierto tono melancólico.

Al inicio Paula creyó que era mala idea, pensaba que mi vida ahora no era tan mala para ser Amy, después logró comprender que no era la tristeza, sino la vida efímera y apasionada que representaba esa faceta de mi vida.

Algo ilógico de explicar pero con mucho significado para mí. ¿Que tan melancólica podía ser la vida de alguien como yo? amigos, dinero, el mundo entero a mis pies.

Pero la melancolía no era la que me vinculaba con Amy, fuera del peinado y la ropa, nuestro vínculo se encontraba en la constancia y el gusto por los blues y jazz. No existía mayor vicio, ni una chica que viviera rápido y muriera joven.

La noche y la casa se veían mejor que muchas fiestas a las que había asistido antes. Estaba repleta de porristas, zombies, y otros disfraces que no entendía.

-Este lugar luce espectacular.- exhortó Jason al otro lado de una máscara de The Purge, su smoking le añadía mucho glamour.
Junto a él caminaba un sofisticado Luca, con el mismo disfraz, pero con unas cuantas gotas de sangre falsa.

-El, ahora que eres mi amiga, quiero incluirte en mi propia hermandad, no hace falta que te los presente, creo que con lo que te he contado respecto a ellos los conoces suficiente.- Luca y Jason veían a Paula tan extrañados, que les fue imposible no comenzar a reír, pero su canción favorita comenzó a sonar y se unieron a James en un improvisado baile.

-Aguarda aquí, iré a ver a Alex.- apresuró a decir Reggie para después dejarme sola en una esquina.

-Te estas divirtiendo.- Comentó Luca detrás de mí.

-Es una buena fiesta.- grité para que me entendiera.- Se ve que la quieres mucho.- le terminé de decir

-Más de lo que imaginas, espere tanto por esto y ahora se me hace imposible creer que ella está junto a mí.- Luca se detuvo por un momento, pensando que decir.- ¿Ya te contó la historia?.-

-Sólo me dijo que fue algo inesperado.-

-Anótalo en la lista de cosas pendientes por contar.- me respondió

-Anotado.-

-Y bien, ¿tú..?-. lo interrumpí para que no terminara la frase.

-Creo que James es muy atractivo.-

-Espera ¿Qué? .- preguntó tan sorprendido y sus ojos centraron toda su atención en mí.

-Solo bromeó, dejé a la persona que me gustaba en Nueva York.-

-Esa es la otra historia en la lista de cosas pendientes.- me reiteró.- Pero en este momento podemos ir a platicar con James, ya sabes.-

-Olvidalo Luca.-

Luca sonrió.

Donde el Destino Decida LlevarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora