CAPÍTULO 16: ALBA

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Para cuando el semestre finalizó Eloane era más que una simple persona, se había convertido en una de mis mejores amigas.
Luca y Jason decidieron comprarle un pequeño regalo, para que de alguna manera nos llevara siempre con ella.

-Hacen mi vida mejor aquí.- respondió entre lágrimas.

Me despedí de ella sabiendo que todo comenzaría a mejorar, pero la tranquilidad no me duró lo suficiente.

Eloane dejó de contestar los mensajes que le enviaba, nadie sabía nada de ella. Comencé a pensar que me ignoraba, pero estaba equivocada.

Unos cuantos días después recibí una llamada,  era su hermano. Me explicó la razón por la cual Eloane estaba ausente y lo triste que se sentía. Todo su esfuerzo había sido en vano.La mejor idea fue organizar un viaje a la playa. Charlie aceptó de inmediato.

Nuestra presencia la tomó por sorpresa. El ambiente estaba lleno de emociones inefables, parecía que habían pasado muchos años desde la última vez que nos habíamos visto.

Nuevamente resplandecía entre la vaga ilusión del escape rutinario y la presencia de quienes hacíamos todo lo posible por ayudarla a sentirse mejor.
Muy emocionada presentó a Charlie, pero yo sentía que lo conocía de toda la vida.

Pasado un rato a  Jason se le ocurrió preguntar el por qué no estaban en Manhattan. Le respondió con una mentira y Charlie me lanzó una mirada de preocupación.

-Puedes confiar en nosotros.- dijo Luca.

Fue así como Eloane comenzó a desahogar todo lo que su corazón albergaba. También nos contó algo que me hizo sentir culpable por un momento.

Espetó que su papá le compró la entrada a Alfa kappa, sobornando a Maia.  Comprendí porque Maia tenía tanto interés en Eloane. Me sentí un tanto egoísta, porque yo también le había pedido a Maia que la admitiera sin saber lo que Eloane quería.

Cuando Eloane se sintió libre de todo y las lágrimas se estancaron, nos reunimos para encender una fogata.

-Alguien quiere contar algo, lo que sea.- comentó Jason.

-A veces siento que no he tenido la libertad suficiente en mi vida.- le dije al grupo que yacía bajo la fogata.

-Pero tú eres un alma libre.- respondió Eloane.

Era la primera vez que hablaba sobre lo limitada que me sentía en la vida, pero me obligué a creer que mi comentario era egocentrista al escuchar la respuesta de Eloane.

Siempre me había sentido un ave en cautiverio, pero cuando conocí a Eloane me di cuenta que todo era relativo. Limitaba mi vida a algo superficial, estaba lejos de tener problemas, todo había sido demasiado bueno. Por el contrario, Eloane se sentía víctima del exagerado deseo de huir, creyendo que su vida era mala por ser tan libre.

Debo admitir que admiraba y envidiaba ese aspecto de su vida, pero nunca había pensado en lo que ella realmente sentía.

Finalmente estaba frente a los verdaderos deseos de Eloane, entendiendo que lo único que nos detenía era el miedo.

Donde el Destino Decida LlevarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora