1- Recuerdos.

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Una pelinegra de alrededor de 17 años quizás, se encontraba en su hogar preparando la cena para su pareja.

La chica se encuentra de un lado a otro muy concentrada en lo que hace, ya que hoy es su tercer aniversario, y quiere sorprender a su pareja con algo lindo después del trabajo.

—Espero que le guste —Sonríe observando todo lo que a preparado desde hace unas cuantas horas.—

En eso se escucha la puerta de la entrada cerrarce de un portaso haciendo así que la joven ojiperla se sobresalté para reponerse rápidamente e ir a la puerta de la sala de estar para recibir a su novio que al parecer llegó de mal humor. Como últimamente al parecer.

—Bienvenido a casa -—Sonríe con las manos detrás de su espalda— Ven vamos a comer, te prepare tú comida favorita.

Le dice a un hombre alrededor de tres años mayor que ella de tez blanca con cabellos color celeste.

—No tengo hambre —Responde serio y de una manera cortante provocándole nervios a la joven—

—Pero... —Empiensa nerviosa y un tanto insegura— Bueno eso no importa ahora...Pero ¿Estás bien? —Pregunta preocupada y nerviosa por el mal humor que presenta su pareja últimamente—

—¿Sabes? —Sonríe de una manera torcida y hasta burlona— Calladita te ves más bonita Hinata, —La sujeta de una manera tierna el rostro con una mano para después apretarle las mejillas y ocasionarle daño en el lugar mencionado.— Mejor no te metas en donde no te llaman, así que mejor sigueme de una buena ves. —Y así se pierde entre los pasillos hacía la habitación principal siendo seguido de manera inmediata por la pelinegra, al llegar a la habitación el hombre se sienta en la orilla de la cama mientras espera a la joven de manera impaciente.—

—¿Qué necesitas Neri?

—Quítate la ropa.

—¿Q-qué? Pero....Yo tengo....la cocina... —La interrumpe.—

—Sabes que no me interesa.

—S-si....claro —Y así hace lo pedido sabiendo que aunque no quiera hacerlo, lo tendrá que cumplir— Listo. —Sabe que no debería retarlo y mucho monos hacerlo si este se encuentra de mal humor, pero ella no quiere sentirse tan expuesta por desvestirse delante de él, y aunque esa muestra de rebeldía se lo puedan cobrar muy caro después, no le importa contal de tratar de sentirse un poco segura por unos momentos.—

—Todo. —Y ese tono de voz, el como aprieta los dientes dando a entender que se encuentra furioso y que se está controlando, o no controlando, que está esperando una mínima falta de su parte para lastimar la en donde más le duela.—

Ella asiente y se quita las últimas prendas entendiendo que esta batalla no la podrá ganar, como ninguna de ellas hasta el momento.

Cuando la chica queda totalmente expuesta delante del hombre este se levanta y la tumba a la cama de manera brusca y se empieza a desvestir lentamente provocando que la chica se sobresalté y se comienze a sentirse nerviosa ya que ella sabe lo que va a pasar, y eso es algo de lo cual ella quisiera escapar, su temor y nerviosismo es un sentimiento que siente muy amenudo ya que el sentimiento de amor que sentía al inicio por ese hombre se extinguió hace mucho tiempo y de el solo queda el miedo y el temor por lo que le puede pasar.

Ya estando el hombre completamente desvestido este se coloca enzima de la chica haciéndola temblar por lo que se supone que pasara a continuación.

—Y-yo....No q-quiero hacerlo...No a-así.

—Y yo te recuerdo que no me interesa lo que pienses, se hace lo que yo digo y punto.

De manera brusca y rápida la penetra causándole un fuerte dolor en su zona vaginal; ya que esta no se encontraba ni remotamente lubricada para la invasión tan abrupta, Lo único que ella pudo hacer fue clavar sus uñas en la espalda del hombre, no por placer, no. Sino por dolor y sin contar por las lágrimas que se le escaparon de sus orbes perladas cuando esté comenzó  a moverse, luego de terminado el acto y que el hombre quedará totalmente satisfecho el mismo cae a la cama a un lado de la pequeña chica.

La joven rápidamente se incorpora y busca algo de ropa para colocarla enzima; una bata de dormir es lo primero que encuentra en uno de los cajones de al lado de la cama, la toma entre sus manos para posteriormente colocársela y levantarse de la cama decidida a salir de esa habitación, pero al dar los tres primeros pasos una fría voz a su espalda la hace detenerse abruptamente.

—¿A dónde se supone que vas Hinata?

—A la cocina....Tengo que guardar la comida

—Entonces ve rápido.

—Sí. —Dice mostrándose firme. tratando de retener las lágrimas que amenazan con salir de sus orbes ya que sabe que no debe mostrar ni una de ellas, y eso lo aprendió de la peor manera.—

Sale del cuarto y va a la cocina en donde guarda la comida en el refrigerador en pequeños envases plásticos, mientras que algunas lágrimas se le resbalan por sus pálidas mejillas, luego de terminar con su tarea la chica se recuesta en la pared de la cocina y de su boca se escapa un pequeño sollozo, para que después le sigueran algunos más. pero manteniéndose en silencio en todo momento mientras que las siguientes palabras cruzarán por su cabeza, como lo han venido haciendo desde hace alrededor de dos años y medio.

“En que me he metido”.

"No Siento Dolor al Verte"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora