31- Acercamientos.

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Sasuke.

Tan ácida, tan seria y tan amargada.

Así la podría describir, solo...

Solo si aún no la conocieras.

Ella en realidad era diferente.

Era callada, hablaba solo lo necesario y aún así te sentías bien con su compañía.

Era reservada y muy centrada.

Pensar que cursaba dos carreras.

Pensar que era solo una chica de veintitrés años

Pensar que quería la custodia de su hermana.

Y de solo imaginar lo que le pasó en el pasado genera que mis palmas se vuelvan puños.

Nos volvimos “algo” cercanos.

Ni me pregunten cómo, porque ni yo mismo lo sé.

Creo que fue porque un día la encontré llorando.

Sí, llorando.

Estaba en en ascensor del edificio, y cuando el cubículo abrió sus puertas la ví a ella en el suelo de la cabina con sus manos sobre su rostro.

Se veía... Rota.

Pero algo que entendí de ella era que podía estar rota en un segundo, pero luego de eso, se levantaba con más fuerza que antes para seguir adelante.

Me senté a su lado.

¿Qué podría decirle yo?

¿Alguien que ni siquiera la conocía bien?

¿Cómo la consolaría?

Así que lo único que pude hacer por ella fue permanecer ahí.

Sentado esperando.

Al calmarse ella no pregunto y mucho menos lo hice yo.

Y así quedó el asunto.

Tiempo después supe (por parte de Itachi) que ese día la Hyuga tuvo un nuevo enfrentamiento con ese tal Otsusuki y que de nuevo esté fue efectuado en la universidad.

El Otsusuki era el tipo con el que hablaba por teléfono hace tiempo, y él que la amenazó de muerte al no acceder a volver con él.

Ella no mencionaba jamás ese tema y yo no sé lo recordaba.

Yo solo quería que conmigo olvidará sus problemas (los cuales eran bastantes).

Y eso hacía, no planeaba nada más.

Todo hasta que unos meses después de haberla conocido me dí cuenta de algo.

Me dí cuenta que me gustaba.

Y no soy solo lo hacía su físico (el cual me encantaba) sino también por su forma de actuar, y supe, con solo observarla que esa manera de comportarse era solo una máscara.

Una fachada para evadir al resto.

Para esconderse y no salir lastimada de nuevo.

Era difícil darse cuenta, pero siendo que yo utilizaba lo mismo se me hizo sencillo descubrirlo.

Yo me cubría con mi orgullo, con mi veneno y con mi sarcasmo para no volverme a caer.

No quería volver a enamorarme.

"No Siento Dolor al Verte"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora