26- Destrucción.

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—Hinata...cálmate.

Levanto mi mirada de manera lenta encontrándome frente a frente con unas orbes tan diferentes a las mías, sus manos buscan las mías sosteniéndome con fuerza y dulzura.

No quiero volver enamorarme, pero si lo hago en algún momento de mi vida de verdad quisiera que de quién me enamorará sea igual o parecido a Itachi.

No creo en el amor, el amor fue lo que me destruyó en un inicio. Y siendo sincera no espero nada bueno de ese sentimiento que muchas personas dicen experimentar. Tal ves el amor si existe pero ese sentimiento no está hecho para mí, para personas como yo.

Las que confiamos tan poco que se nos dificulta avanzar como al resto.

Espero jamás volver a enamorarme, eso fue como dije anteriormente una de las razones por las cuales soporte tanto.

Confundí las migajas de cariño con amor, confundí las palizas como una forma de corregirme por mis errores y estupideces y lo peor de todo; yo llegue a creer que eso era cierto, que todos los golpes que recibía era solo para hacerme entrar en razón, que el prohibirme salir de casa era sinónimo de preocupación por mi seguridad, que cuando me saco de la escuela era porque me quería cuidar de cualquiera cuando el panorama real era muy diferente al que yo me imaginaba y que él me decía.

Siempre busque excusas para justificarlo, él fue el primero que me mostró algo de afecto y yo me deje hacer porque quería creer que eso que él me mostraba era amor.

Cuando careces de cariño y amor toda tu vida, aceptas las migajas que otras personas son capaces de darte y no importa que no sea lo que tú crees que es, decides creer en eso que te hace daño, eliges pensar que lo que te dice la otra persona es cierto, aguantas todo porque piensas que nadie más te querrá, que eres tan poca cosa que nadie más será capaz de quererte nunca, por eso callas, te quedas y aguantas todo sin importar que eso te valla quebrando por dentro poco a poco, sin importar siquiera que eso te está consumiendo hasta destruirte totalmente hasta hacerte tocar fondo.

Para bien o para mal yo confundí todo lo que me rodeaba, pero ahora no creo que pueda volver a caer.

Por lo menos no en el amor...ni mucho menos en otra relación tóxica.

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—¿Estás bien? — pestañeo repetidas veces para enfocarme en mi entorno y lo que me rodea, veo mi posición y me siento ridícula, patética. No siento más que eso. ¿Tanto tiempo y aún me sigo comportando como una cría? No siento miedo más si siento inseguridad y está es mayormente por mi hermana, y hablando de ella...—

Sí, lo siento... —murmuro bajando mis pies del asiento e incorporándome adecuadamente en mi lugar, con una de mis manos seco las pequeñas lágrimas que corren por mis mejillas, al bajar mis manos dirijo mis orbes al moreno que se encuentra en frente de mi observándome con preocupación, una preocupación real y no ficticia.—

—Me preocupaste... —murmura de forma delicada y suave escuchandose su voz más ronca por su tono de voz, una de sus manos sigue aferrada a la mía mientras que con la otra conduce el volante del vehículo, veo nuestra manos unidas y él le da un suave apretón cómo diciendo «Todo estará bien» y no se porqué, pero decidí creerlo, decidí creer en sus palabras.—

—Lo lamento, yo...recordé algo que no debía... —le correspondo a su apretón de manos entrelazando mis dedos entre los suyos sintiéndome realmente segura, como no me había sentido antes. Lo quiero, lo quiero mucho, él es como el hermano que nunca tuve, ese que me faltó para que me ayudara a mi y a mi hermana en los momentos donde más lo necesitamos.—

—Sabes que cuentas conmigo para lo que sea ¿Verdad? —sus orbes no entran puestas en mi, sino en el camino, con la vista al frente pero manteniendose al pendiente de mi, a mis palabras.—

—Yo...lo sé, es solo que...no quiero hablar de eso. —Este no es el momento para ponerme así. Simplemente este no es el momento, no tartamudeo pero pauso mis palabras al no saber muy bien que decir, no me siento muy segura al respecto. saco mi celular de uno de mis bolsillos y marco un número que hace años no llamaba, solo espero que siga siendo el mismo; tanto el número como la persona.— No es momento para ponerme a llorar. —murmuró por lo bajo para luego colocarme el celular en mi oído derecho cuando escucho que este se encuentra repicando, y hasta que al fin se atiende mi llamada, hablo en voz alta a través de mi nuevo celular, ya que el anterior no tenía solución.—

La llamada....

Kõ, necesito tú ayuda.

H-hinata-Sama...¿Cómo es qué...? ¿Usted...?

—¿Sigo viva? Pues no lo sé, suerte supongo.

—Yo...no sabía que usted se encontrará con vida...su padre prohibió el que volvieran a mencionar su nombre en la mansión...no supimos nada de usted por años y...

—Yo no tengo padre, eso lo sabes muy bien. —mis dientes rechinan, me encuentro enojada solo por la simple mención de “mi padre” yo no tengo uno, no se lo que es eso.—

Si, lo lamento fue una tontería...¿Qué es lo que necesita Hinata-sama?

Un favor, ¿Sabes lo que está pasando respeto a H?

—No, solo se que se encerró en su habitación y que hoy no asistió a la escuela ni continuo con su rutina diaria de todos los días.

—Hiashi quiere hacerle lo mismo a H. —él sabe a lo que me refiero, él entenderá todo solo con mis simples palabras.—

—¿Q-qué? Pero es solo una niña...

—Es mayor que yo cuando me pasó a mí, yo tenía catorce años cuando lo hizo ¿Lo recuerdas? En cambio ahora H ya tiene quince años, se había tardado demasiado.

—Sí, es solo que yo no pensé que...Hiashi-sama lo hiciera de nuevo.

—Ya lo hizo una vez, que lo haga otra no quiere decir nada, o al menos para él no significará nada...Solo necesito que me dejes entrar Kõ. Solo eso necesito.

—Me meteré en muchos problemas si hago eso Hinata-sama.

—Lo sé, pero hazlo por H, hazlo por mí, es lo último que te pido Kõ, es lo último que te pediré te lo juro....ya estoy en camino, me llevaré a H de ahí a como de lugar.

—Yo...está bien, me encargaré de la casilla de seguridad, cuando llegues estaré ahí para dejarte entrar con facilidad.

—Gracias Kõ....

—No, gracias a ti por permanecer luchando y dejarme ayudarte ahora cuando no lo hice antes...

—Eso ya no es importante. Lo único que me interesa es la seguridad de H, y ahí jamás se encuentrará. Tenemos que irnos lejos de la residencia Hyuga, y lo que es mejor, irnos lejos de Hiashi Hyuga.

—Cuentas siempre conmigo Hinata-sama.

—Ahora lo sé Kõ, ahora lo sé.

"No Siento Dolor al Verte"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora