—Tú para mi ya estás muerto y enterrado...así de simple.
El silencio en el que estuvo la sala fue literalmente asfixiante.
Por el rabillo del ojo pude observar como Kõ y Hanabi bajaban por las escaleras de manera rápida y cuidadosa.
El mayor llevaba dos maletas con lo que supongo serían las cosas de mi hermana menor, mientras que la castaña cargaba con un gran morral que a simple vista se veía sumamente pesado.
Kõ sé adelantó llevando las dos maletas hasta lo que supongo será el auto en dónde vine, mientras que mi hermanita corría a mi dirección para abrazarme fuertemente.
Al separarla de mi la observé cuidadosamente, buscando cualquier indicio de llanto o maltrato.
Me detuve en su rostro y en él observe un golpe en el pómulo de su mejilla derecha.
Su orbes perladas se encontraban enrojecidas por todas las lágrimas que de seguro salieron de sus lindos ojitos, sus mejillas aún se mantenían humedas por dichas lágrimas y su cabello era un desastre total.
Esa imagen me martillo la cabeza como no tienen una idea.
Acaricié su mejilla con sumo cuidado mientras apretaba mi mandíbula aguantándome toda la rabia que sentía por dentro.
¡El maldito imbécil la golpeó!
¡Se atrevió a golpearla!
¿Quién diablos hace eso?
Por supuesto que él hacía eso.
Le dedique una pequeña sonrisa a mi hermana tratando de transmitirle toda la seguridad que necesitará con ella, para luego de eso, la coloque detrás de mi con sumo cuidado tratando de no lastimarla.
Enfrente al castaño posicionandome de la forma más firme que encontré; cabeza en alto y postura digna.
Nuestro “progenitor” nos veía a ambas de manera intercalada, como si no pudiera creer lo que estaba viendo en frente de sus ojos.
Como si no pudiera creer lo que estuviera pasando.
No creía que yo estuviera al frente de él enfrentándolo solo para defender a mi hermana menor.
Simplemente no lo creía.
Está vez le salió mal el negocio.
No le dejaré que la venda como un objeto.
Como una simple mercancía.
No señor, a ella no.
[...]
—¿Qué significa esto Hanabi? —Su mandíbula se tensa nuevamente y yo sonrió con ironía.—
—¿Qué no es obvio? H, se viene conmigo. —Hanabi no está sola, no señor, ella ahora y siempre me ha tenido a mi para cuidarla.—
—¿Cómo qué se va contigo? Ella no puede hacer lo que quiera, es menor de edad y está bajo mi tutela. Soy su padre y tú no te las puedes llevar. —sus reproches serían razonables y hasta creíbles si no lo conociera realmente, pero como lo hago no le creo ni remotamente.—
—¿Sigues con eso? Pues sí, eres un padre pero el peor de todos, eres un monstruo Hiashi y no dejaré que dañes a Hanabi por ninguna de tus ambiciones. ¿Y por qué dices que no puedo llevármela? Mira como lo hago. —tomo la mochila que Hanabi lleva en sus manos y la sostengo con una de las mías mientras que con la otra me encargo de sostener la pequeña mano de mi hermanita.—
—Si sales con ella de esta mansión te denunciaré por secuestro, sabes que tengo todo el poder para encerrarte en la cárcel el resto de tu vida y hacer de tu estancia una gran y agradable estadía.
—Entonces piensa lo mismo, ya que yo también cuento con el suficiente capital y poder para refundirte e una cárcel y ver cómo te pudres en ella.
—Veremos a quien le creen o deciden creer, en mi, Hiashi Hyuga un exitoso empresario, o en ti, solo una estúpida niña la cual secuestro a su hermana.
—Entonces veremos a quien le creen, pero te diré un pequeño secreto; no me retez Hyuga, porque ahora no me tentaré el corazón como antes para destruirte.
—¿Eso es una advertencia? —pregunta incrédulo.—
—No, es una amenaza. —le aclaro dejándolo paralizado.—
Aprovechando ese momento de shock empuje levemente a mi hermana para finalmente echarnos a correr hacia la salida principal de la mansión, al llegar al porche de la propiedad logro observar el vehículo color rojo de mi mejor amigo.
Sin perder el tiempo bajamos corriendo los escalones hasta llegar al vehículo.
Hanabi de manera rápida abraza a nuestro cuidador, agradeciéndole el gesto que a tenido con nosotras al ayudarnos.
Mientras que yo simplemente le estrechó la mano concediendole una pequeña sonrisa.
Entramos a toda velocidad al auto el cual estaba a solo unos metros del porche de la propiedad.
Al parecer Kõ les abrió el portón principal para que entraran sin inconvenientes.
Itachi me ayudó con la mochila de Hanabi, cargándola él entre sus manos mientras tiraba de mis brazos llevándome hacía el vehículo y por consecuencia mi hermana me seguía de cerca, prácticamente Itachi me arrastraba a mi, y yo arrastraba a Hanabi.
Cuando estábamos apunto de subirnos al carro vimos la silueta de nuestro progenitor en el marco de la puerta principal observándonos con frialdad y reproche.
De sus labios solo escuche una cosa.
—Cuidense.
Y les aseguro que él no lo dijo con las mejores intenciones.
No, nada de eso, todo lo contrario.
Él nos estaba amenazado.
Él estaba respondiendo a mi amenaza de una manera más sutil y cobarde.
Como el que tira la piedra y esconde la mano.
Porque no fue lo suficientemente capaz como para decir abiertamente lo que nos haría por desobedecerlo.
Pero ahora será diferente.
Porque ambas estaremos preparadas para lo que venga y si eso implica luchar, lo haremos juntas.
Abrí la puerta tracera del vehículo haciendo que Hanabi entrara para segundos después yo hacer lo mismo, cerré la puerta un tanto brusca pero le reste importancia.
Abrace a mi hermana con fuerza sintiendo como está convulsionaba por todos los sollozos que la atacaban, el carro arranco y ahí fue que me percate que ambos hermanos estaban en los asientos delanteros, dándonos algo de privacidad.
Escuché una palabra dicha en un pequeño y entrecortado susurro que no espere y que no quise escuchar en este ni en ningún otro momento, no quería escucharlo nunca.
—Gracias.
Continúe con el abraso y besé su cabeza con dulzura y cariño, solo para decirle unas cortas y simples palabras mientras que de mis orbes perladas se escapaban unas cuantas lágrimas rebeldes las cuales no quise ni me tomé el tiempo para eliminar.
—No fue nada princesa, no me agradezcas.
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"No Siento Dolor al Verte"
FanficCuando alguien se obsesiona contigo, ¿qué es lo que esa persona está dispuesto a hacer con tal de conseguirte? ¿De tenerte para él? Aunque eso sea algo que tú no quieras, ni mucho menos lo que desees. ¿Sería capaz de forzarte? ¿De obligarte? O te ma...