CAP2

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La universidad, en algún punto de nuestras vidas todos nos hemos hecho la misma pregunta; ¿A quién se le ocurrió la brillante idea de inventar los estudios? Y seguramente todos escuchamos las mismas respuestas, pero como sea, solo se que odio esto…

— ¡JIMIN!

Si, odio esto.

Maldigo a los genios de generaciones pasadas mientras saco mi cansado cuerpo de la cama, los gritos de mi madre desde la primera planta de nuestra modesta casa no cesan, y es tan irritante que deseo desaparecer.

Venga mujer, estuve estudiando por dos semanas sin descanso, necesito un respiro. Últimamente he tenido demasiado sueño y he culpado a las horas que me las paso en velas gracias a las tareas.

— ¡Mamá, ya estoy despierto! — grito esperando que me escuche y así deje de gritar.

Entro a mi cuarto de baño y doy inicio a mi aseo matutino.
Quince minutos después salgo y voy directo a mi armario, escojo unos short cortos y una polera ancha y larga para evitar sudar. el verano no es de mis temporadas favoritas.

Al llegar a la primera planta de mi casa, encuentro a mi madre en la cocina poniendo la mesa, ella tan puntual como siempre, a veces odio la manera en la que prácticamente lo controla todo, me es mas complicado seguir su agenda que ponerme a estudiar para los parciales de la universidad.

— A las tres tengo una reunión importante con los padres de familia, estaré aquí por sobre las cinco de la tarde y te quiero listo porque a las siete tienes agendada tu cita con el oculista.

No hago mas que virar los ojos y concentrarme en mi desayuno, pero el olor del jamón que acompaña a mi trozo de pan hace que se me revuelve el estómago.

— Mamá.

— ¿Qué pasa?

No la respondo, una fuerte arcada amenaza con hacerme vomitar y es cuando cubro mi boca y corro hacia el baño. Vomito la cena del día anterior y un mareo me ataca al instante.

— ¿Jimin?

Ella está parada al lado de la puerta, la miro unos segundos y sin responderle me dirijo hacia la pila y enjuago mi boca, después cojo la pasta y un cepillo nuevo de los tantos que mi mamá guarda allí.

Termino de asearme y me giro a verla, ella no se ha movido.

— Debió ser algo que comí ayer — le digo.

No la convenzo, lo se por su manera de verme en este preciso momento.

— Ahora mismo iré a la farmacia y compraré una prueba de embarazo, mas te vale que no sea lo que estoy pensando, Park Jimin.

Helado, así es como me quedo al escucharla, sin pensarlo corro tras ella en cuanto la veo irse.

— Mamá, en serio no es necesario, ya te dije que debió ser algo que comí.

— Eso ya lo sabremos — y sale de casa.

Me quedo parado en medio de la sala sin saber que hacer… ¿Qué pasa si…? ¡Ay no quiero ni imaginármelo!

Corro hacia mi habitación y cojo mi celular que reposaba sobre el buró al lado de mi cama, sin pensarlo mucho llamo a la única persona que puede tranquilizarme ahora.

— Jimin es fin de semana, que tu madre sea un grano en el culo contigo por las mañanas no significa que tú puedas serlo conmigo, ¡Deja dormir! — alejo el celular de mi oreja para evitar quedar sordo.

— Rose, estoy en un lío tremendo — le suelto de golpe ignorando lo que me acaba de pedir a gritos.

— ¿Qué pasó? — Rose me pregunta esta vez poniéndome atención.

Nervioso, muerdo mi labio inferior y maquino en mi cabeza la forma de explicarle lo que está pasando sin que ella lo tome como una broma de mi parte.

— Mi mamá piensa que estoy embarazado.

Y nuevamente tengo que alejar el celular de mi oreja porque como ya lo veía venir, piensa que es una broma y sus carcajadas incontenibles hacen eco en mi cerebro.

— Mimi, no puedes estar hablando en serio — dice ella después de un par de minutos.

— Estoy hablando muy en serio, Rose.

— Bien, pero no hay de que preocuparse, porque no la hay ¿Verdad Jimin? — mi silencio la responde — ¿Verdad Jimin? — insiste.

— Yo…

— Dime que estás bromeando y esto es otro de tus despreciables chistes, por favor.

— Ahora que lo pienso, estos días me sentí muy cansado…

— Los estudios — me interrumpe.

— Y hoy vomité y tuve un mareo…

— Seguramente comiste algo que te sentó mal.

Suspiro aliviado. Rose es la única persona en el mundo que es capaz de transmitir esa calma que ni ella misma siente.

— ¿Ya?

— Si, ya estoy mas tranquilo.

— Genial, adiós.

Sonrío ante lo única que es.

Pero toda calma se va de mi en cuanto escucho la puerta principal de la casa abrirse seguido de mi nombre siendo gritado por la irritable voz de mi madre. Exhalo y suspiro, cuento hasta diez y por fin soy capaz de ir a su encuentro.

La miro a los ojos, después miro la bolsa con el logo de la farmacia de la esquina que sostiene en sus impecables manos.

— Ve — me ordena sin mucho palabreo.

— Mamá…

— Park Jimin me estás haciendo perder la paciencia.

Cojo la bolsa y me encamino hacia el baño, puedo escuchar sus pasos siguiéndome, así como también puedo asegurar que bajo esa máscara de seriedad ante la situación, hay una madre muy preocupada, no lo sé, pero de alguna forma entiendo el miedo que siente. Ella no quiere que yo repita su historia.

Sigo el procedimiento que indica las dos cajas de diferente marca del mismo producto y tras terminar salgo con las pruebas en mis manos.

— Tenemos que esperar unos minutos — me dice ella sin mirarme. No quiere que vea el miedo que se que siente.

La veo fijarse en el reloj de muñeca que usa cada tanto, hasta que por fin me mira.

— Mira los resultados — me pide.

Se que debería estar tranquilo, se que los nervios no deberían estar apoderándose de mi en estos momentos, pero me es imposible controlar el temblor en mis manos, pero pese a todo y tragando grueso con dificultad, miro los resultados de ambas pruebas a la misma vez.

De inmediato siento que mi alma abandona mi cuerpo cuando veo las dos rayitas indicándome eso que yo me negaba siquiera a suponer.

— ¿Qué? ¿Qué dice? — escucho la voz de mi madre muy lejana y siento como las pruebas son arrebatadas de entre mis dedos de forma brusca — esto no puede ser…

La miro.

— Mamá…

Ni siquiera soy capaz de terminar la frase, un fuerte dolor me invade  tras la cachetada que mi madre me acaba de dar. Cubriendo mi mejilla adolorida la miro con mis ojos llorosos. No soy capaz de decirle algo, porque se muy bien que su expresión y sus ojos me cuentan dos historias muy diferentes.

— ¿Quién fue?... ¿Quién es el padre de tu hijo?






👼👼👼👼👼👼👼👼👼👼👼👼

Otro capítuloooo!! Espero les guste.

"PAPÁ EN PAÑALES" (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora