"PAPÁ EN PAÑALES" (Kookmin)

CAP9

–¡Dime que estás de puta broma! – Rose grita en medio de su estrangulada risa. No he tenido más opción que contarle a mi “mejor amiga”, entre comillas, sobre lo que me acaba de pasar hace apenas unas horas, pero ella no hace más que partirse de la risa.

–Rose, esto es serio. Puedo ir a la cárcel, ¿Entiendes?

Solo entonces ella para de reír y se pone aún más cómoda en mi cama.

–No hay que exagerar.

–¡¿No hay que exagerar, dices?! – me exalto – ¡es un jodido menor de edad! – susurro preso del pánico – si sus padres se enteran de esto podrían denunciarme.

–En primer lugar, Jimin – Rose me interrumpe – ¿Qué hacía un jodido mocoso en un club de esos? Pues claro que él sabía muy bien a donde iba, ¡Y qué irresponsabilidad la de sus padres! No creo que sean tan caras de papa de denunciarte.

–La ley es la ley, Rose, y la ley dice que cometí un delito.

–¡Pues que le den! Tú no estabas consciente así como tampoco conocías al mocoso ese.

–Como sea, mi decisión está tomada – suelto con toda la determinación del mundo.

–Grandioso, así que decides liberar de toda responsabilidad al mocoso.
Asiento.

–Jimin, no estás pensando con claridad, ¿Eres consciente de toda la responsabilidad que te estás echando a la espalda tú solo? Y él muy feliz como si nada pasara.

–Rose, no puedo simplemente llegar a su vida y cambiarlo todo, literalmente es un niño.

–Un niño – hace comillas con sus dedos – un niño lo suficiente mayor como para saber que meterse a un club no apto para su edad está mal, un niño lo suficiente mayor como para saber que tener relaciones sexuales sin protección conlleva riesgos y eso también va para ti. Así que como nuestro niño tiene la edad suficiente para incumplir cuanta regla se le presente en el camino, yo creo que también tiene la edad para saber que toda mala decisión, tiene consecuencias. Simplemente no puede no hacerse responsable de lo que juntos ocasionaron.

–¿Por qué no? – la cuestiono – ¿Acaso solo yo tengo derecho a decidir? ¿Qué pasa si hubiese optado por abortar?

–Sabes que lo hubiésemos respetado, Jimin.

–¿Por qué?

–Porque es una decisión que te concierne solo a ti, porque es tu cuerpo.

–¿Tratas de decirme que yo si puedo decidir sobre mi cuerpo pero él no puede decidir sobre su vida? ¿Él no puede obligarme a nada pero yo si puedo obligarlo a él ser algo que no quiere?

–Jimin, son situaciones distintas…

–No, no lo son Rose, y para que me entiendas, ¿Por qué no invertimos la situación?

–Vale, vale, entiendo, pero que no se te olvide que al nacer, tu bebé tendrá derechos que tanto él como tú tienen que cumplir.

–Yo no necesité de mi padre para gozar de mis derechos, Rose, si mi madre pudo hacerlo, yo también puedo.

–Con mayor razón deberías de reconsiderar tu decisión, ¿Acaso nunca sentiste que tu padre te hacía falta? ¿Quieres que tu hijo o hija experimente ese mismo vacío con el que creciste?

Lo medito, no lo voy a negar, de niño siempre veía a mis compañeros asistir a los eventos familiares de la escuela con sus dos padres, mientras yo me quedaba a observar la interacción desde una distancia prudente, preguntándome en silencio si alguna vez yo tendría algo así, deseo que con el tiempo se desvaneció y dejé de darle importancia al crecer, aunque Rose tiene razón. Siembre existirá ese vacío en mi.

Y es algo que no deseo para mi bebé, pero… ¿Qué puedo hacer? Soy alguien que cree fervientemente que todos tenemos derecho a elegir, no importa si se trata de una mujer, varón o personas de mi condición, nunca obligaría a alguien hacer algo que no quiere.

Rose y yo dejamos el tema para mi tranquilidad, el resto de la tarde lo invertimos en tareas de la universidad y por la noche, mi madre nos informa de la cena.

El domingo llega y para la suerte que me cargo, todo parece transcurrir tranquilo, los mareos me atacan unas dos o tres veces durante el día, pero nada grave, he estado tomando las vitaminas que el doctor me recetó y me han caído de maravilla.

Es lunes y mi humor es del culo, si antes solía odiar los lunes, ahora los detesto a morir, y para empeorar las cosas llego tarde a clases.

Todo transcurre igual, en el receso Rose y yo nos dirigimos al comedor, hacemos nuestros pedidos y ocupamos la mesa de siempre, ya se nos hizo costumbre. Pero cuando creí que todo permanecería así, sin nada nuevo, mi mirada se topa con la del chico que por años ha sido el causante de mis suspiros soñadores, mi crush, y para más sorpresa, se dirige hacia nuestra mesa. No puede ser.

–No puede ser – Rose expresa mis pensamientos en voz alta – ¿Acaso ese no es Cha Eunwoo? Jimin, viene para acá.

–Ya lo se, Rose – hablo entre dientes evitando ser tan obvio, pero es que es tan hermoso, se que está en segundo año y es el capitán de futbol de la universidad, igual a cuando lo era en el colegio, nunca hemos hablado pero solía verlo en sus partidos, algunas veces hemos cruzado miradas pero hasta ahí.

–Hola Jimin.

Sabe mi nombre. Aguanto el dolor que me causó el pellizco de Rose y me obligo a sonreír.

–Ho…hola.

Me mato.

Él solo me regala su encantadora sonrisa que amenaza con dejarme hipnotizado.

–Me acabo de enterar que ingresaste a esta universidad, vine a felicitarte.

–si, muchas gracias – procuro que los nervios no desestabilicen mi voz y lo logro.

Lo veo rascarse la nuca desviando la mirada algo apenado, tan bello.

–¿Te parece si mañana después de clases te invito a un café? Para poder hablar más a gusto.

No se que decir, literalmente me ha dejado fuera de combate.

–Le encantará – la voz de mi entrometida amiga se hace escuchar fuerte y claro.

–Genial, entonces te espero mañana en la salida. Es un gusto volver a verte, Jimin – ni siquiera reacciono cuando se acerca a plantarme un beso en la mejilla –te veo mañana – me guiña el ojo y se va, dejándome totalmente shockeado. 

Solo reacciono cuando los chillidos de Rose dañan mis tímpanos.

–¡¿Te volviste loca?! – la increpo – ¿Por qué le respondiste en mi lugar?

–Jimin, no es para tanto, es el chico que siempre te ha gustado, ¿Me dirás que lo ibas a rechazar?

–Pues créeme que estaba dentro de mis opciones más posibles, Rose, ahora estoy embarazado y aunque quisiera, no tengo tiempo para dedicarme a otros asuntos que no sean mi bebé, estudiar y quizás buscar trabajo para ayudar a mi mamá con los nuevos gastos.

–Vale, discúlpame, pero no es como que te haya propuesto tener una relación o algo así, solo irán por un café como amigos.

Decido dejar el tema por mi bienestar, me termino mi ensalada de frutas y nos incorporamos de la mesa justo cuando el timbre indicando el final del receso se hace escuchar.

El resto de clases me lo paso de mal humor, no solo lo atribuyo a lo sucedido en el comedor, las hormonas son en gran parte causantes de mis ganas de matar a alguien en este preciso instante.

Cuando por fin la anhelada hora de salida llega, respiro libertad. Cojo mis cosas y salgo de clases junto a Rose, quien no deja de rogar por mi perdón. La quiero hacer sufrir un poquito.

Caminamos fuera del campus junto a los demás estudiantes, mientras mi cerebro va maquinando lo que haré el resto de la tarde.

–¿Es usted, Park Jimin? – me detengo cuando un gran hombre, vestido en traje como esos tipos de las películas de acción, se para frente a mi cortándome el pase. Levanto la mirada lentamente y la fijo en su rostro, piel morena y usa lentes oscuros. Esto solo significa una cosa y todo parece gritar que estoy metido en un problema muy serio. Entro en pánico.

–Yo no hice nada – digo nervioso.

–Jimin… – Rose, igual de nerviosa que yo, se sujeta fuertemente de mi brazo.

–Por favor señorito, hágame el favor de acompañarme.

–¿Qué? ¿A dónde?

–Son órdenes estrictas de la señora Jeon.

Jeon, Jeon, Jeon… rayos.

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Holi holi, espero estén bien, disculpenme por demorar en actualizar aquí, pero me estuve debatiendo en algunos detalles respecto a esta historia.

Vi que algunos se impactaron por la edad de Jungkook😅, no se preocupen, no vamos a normalizar nada ilegal aquí, trataré de llevar la trama de buena manera para que no exista problema alguno.

Más rato les dejo otra actualización, nos leemos pronto💜