Ha pasado una semana más, una en la que no he parado de llorar, se que mi madre está preocupada por mi estado y aunque la he pillado muchas veces intentando hacerse a la desentendida, no lo consigue.
Me encuentro experimentando una serie de emociones que rebasan mis límites, así mismo, son demasiado contradictorios, y como si con sufrir durante el día no fuera suficiente, mi subconsciente o lo que fuera se encargó de jugarme la mala broma de enseñarme el rostro de mi hijo entre sueños.
“Mi hijo”
Conforme me familiarizo más con esas dos palabras, tomar una decisión desde un punto racional, como Rose me aconsejó, se me hace cada vez más complicado.
Durante el día me imagino “el como sería”
Durante la noche lo veo entre sueños.
Vuelvo a llorar.
¿Qué debo hacer?
No se que hacer.
Por el momento solo encontré refugio entre mis sábanas, y mis almohadas me brindan consuelo.
Escucho el sonido que hace mi puerta al ser abierta, de inmediato se que es mi madre, porque no ha ingresado a mi habitación, a diferencia de ella, Rose ya se hubiese tumbado conmigo en la cama.
Intento contener mis sollozos, pero fracaso, escucho el suspiro resignado de mi madre y segundos después sus pasos resuenan adentrándose a mi habitación.
–Mamá, no se que hacer – salgo de mi escondite y la miro, ella toma asiento en el borde de mi cama – tengo mucho miedo – le confieso.
–¿A qué exactamente le temes? – su semblante es inquebrantable, pero como siempre, sus ojos, su forma de mirarme, me cuentan otra historia diferente.
–A todo – soy sincero – tengo miedo a sacrificar, pero también le temo a nunca enterarme del como sería si… si lo tengo.
–¿Qué es lo que realmente quieres Park Jimin?
No la respondo, agacho la cabeza y trato de buscar alguna respuesta entre toda la maraña de ideas que tengo estancada en el cerebro.
–¿Cómo puedes tomar una decisión si ni siquiera sabes que es lo que quieres para tu vida?
Mi corazón se encoge ante su tono de voz y ante la verdad que cargan sus palabras, pero hay algo que siempre he querido.
–Yo… yo quiero que tú te sientas orgullosa de mi – digo mirándola a los ojos otra vez, pero cuando analizo mi actual situación no tardo en agachar la cabeza nuevamente – quería… quería que tú me vieras graduarme de la universidad, quería que te sintieras orgulloso del hijo profesional que criaste…
–¿Querías? – ella me interrumpe – ¿Eso significa que ya no quieres?
La miro y niego muchas veces con la cabeza.
–No, no me refiero a eso, es solo que siento que te he decepcionado.
–Y lo hiciste.
–Perdóname.
–¿Qué piensas hacer para remediarlo Park Jimin? ¿Acaso un hijo mío ha estado perdiendo el tiempo llorando en lugar de buscar una solución a su situación? ¿Qué clase de abogado quieres ser si eres un débil sentimental?
Nuestras miradas se conectan, es una lucha en la que sé que no ganaré.
–Déjame aclararte algo, niño – su dedo índice choca contra mi pecho y su mirada es severa – tú, vas a ir a esa universidad con o sin ese bebé creciendo en tu vientre, vas a terminar la carrera, yo voy a ir a tu graduación y me vas a enorgullecer ¿Estamos?
Asiento, y sin poder contenerme rompo en llanto.
–Gracias mamá.
–Bien, ahora toma una decisión y deja de lamentarte, tus lágrimas no harán que el tiempo retroceda y esa cosita en tu vientre desaparezca.
Ella se incorpora de mi cama lista para salir de mi habitación, pero antes de que lo haga, yo la detengo sujetando una de sus manos.
–Mamá espera – le pido – si decido no quedarme con el bebé… ¿Te sentirías decepcionada?
Algo parecido a una sonrisa tira de sus labios antes de responderme.
–Hijo, si yo hubiese tenido la mínima posibilidad de lo que tú tienes ahora, créeme, no estarías aquí – y tras decirme eso, sale de mi habitación dejándome consternado.
Es cierto, mi madre no pudo elegir, mis abuelos la echaron de casa asumiendo que ella tenía que cumplir con la consecuencia de su “error”, la dejaron sola y desamparada, las circunstancias la obligaron a quedarse conmigo y aunque después de mi nacimiento pudo deshacerse de mi, no lo hizo.
Cuidó de mi, me educó y aunque su ausencia fue y sigue siendo notable, no tengo nada que reprocharle porque conozco perfectamente los motivos y la comprendo.
Los días siguientes transcurren no muy diferente a las anteriores, me dedico a hacer mis tareas de la universidad y quedarme en casa, Rose a estado lidiando con su trabajo y casi no tuvo tiempo para mi estos días así que la he dejado tranquila.
Mi madre no volvió a mencionar nada sobre nuestra última charla, como siempre, se ha dedicado a darme mi espacio y dejar que piense bien las cosas.
Hoy es nuevamente viernes, y por fin soy libre de tumbarme sobre mi cama tras un agotador día en la universidad. En otras circunstancias ya estaría marcándole a Rose para quedar después de su trabajo e irnos a disfrutar de nuestro fin de semana, pero no, ahora soy un universitario… un universitario embarazado. Genial, grandioso, estupendo.
Quiero llorar.
Me incorporo de mi cama y de inmediato me contraigo esbozando una mueca de dolor, no se que pasa.
–Ay – jadeo y trato de respirar, el dolor en mi espalda baja y en mi vientre se intensifican y se hace insoportable – ¿Qué está pasándome? – respiro y exhalo repetidas veces tratando de controlar el dolor, con mis manos temblorosas extraigo mi teléfono celular de uno de mis bolcillos y llamo a mi mamá.
Primer tono.
Segundo tono.
A la tercera lo coge.
—¿Jimin? ¿Qué pasa? Estoy en el trabajo.
–¡Mamá! – grito desesperado – ¡no se que me pasa, me duele mucho, por favor ven…
–Tranquilo, trata de respirar adecuadamente, no te desesperes, llamaré a una ambulancia y estarán en breve ahí ¿De acuerdo?
–¡Mamá, tengo mucho miedo!
–Jimin tranquilízate, ¿Escuchaste lo que te dije? La ayuda llegará pronto.
Asiento a pesar de que ella no puede verme.
–La ambulancia ya está en camino, quédate conmigo ¿Si?
–Ma… – musito al sentir algo mojando mi ropa interior, me reviso palpando con mi mano libre y al sacarla, el corazón se me estruja causándome un dolor tan inexplicable que me rompe marcando un antes y un después en mi, lloro sin poder evitarlo – mamá, es sangre, es sangre, es sangre – repito una y otra vez desesperado – mamá estoy sangrando…
👼👼👼👼👼👼👼👼👼👼👼👼👼👼
Otro capítulo más, perdón por la demora.
🚫ACLARACIÓN🚫
esta historia NO ES CON LA FINALIDAD DE PROMOVER ALGUNA IDEOLOGÍA. Acá su servidora, no está a favor ni encontra del aborto, tengo una posición totalmente neutra al respecto, lo único que apoyo es que cada persona es libre de tomar sus propias decisiones.
Gracias, solo es para aclarar y evitarnos malos entendidos😊💜
Ahh!! Y el mero mero ya va a hacer su aparición en la historia😅 ¿Cómo se lo imaginan?
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"PAPÁ EN PAÑALES" (Kookmin)
Fiksi Penggemar"Park Jimin es un estudiante recién ingresado a la universidad en la carrera de derechos. Jeon Jungkook, hijo menor de una de las familias más influyentes del país, quien además a su corta edad, se verá envuelto en una situación que jamás imaginó...