—¿Y qué es eso?— Me siento a su lado, más cerca de lo que debería si fuese otra persona, pero lo suficientemente lejos para no tocarla.
Maldita sea es linda, mete las piernas debajo de su trasero y se inclina hacia mí como si la idea que tiene debería tenerme igual de emocionada.
—Veinte preguntas.
Alzo las cejas. ¿Quiere jugar a las veinte preguntas? ¿Se da cuenta de lo peligroso que es ese juego?
—¿Estás segura?— le digo, con una sonrisa abriéndose paso—. Porque puedes lamentar eso.
Se ríe.—¿Es un reto?
Competitiva. La chica se hace cada vez más y más caliente.— Sin duda es un reto.
—Está bien, entonces, las reglas.
—¿Hay reglas?
—En mi versión.
¿Con cuánta gente ha jugado a esto?
No te pongas celosa, Lisa. Ella nunca ha estado en una cita, ¿recuerdas?
—Está bien...
—Tienes que contestar todas las preguntas, pero...—Levanta un dedo—. Puedes optar por no contestar. Pero elige sabiamente. ¡Una vez que lo hagas, eso es todo!
Eso no es tan malo. Ella ya sabe acerca de Rosé, y además de eso, no hay realmente nada que tenga que ocultar.
—Además, veinte preguntas significa veinte total. Diez para ti, diez para mí. Y cualquier interrogación cuenta como una, incluso si preguntas a continuación, cuentan para tus diez.
—Lo tengo.— Espero que esté preparada para ello. Me estoy muriendo por saber más sobre ella.
Se ajusta la toalla y tiembla ligeramente. Soy una idiota. La chica probablemente se está congelando el culo.
—Espera.—Subo sobre el respaldo del sofá y corro a mi habitación. Tengo un suéter limpio y una manta que puedo darle. Rocío un poco de colonia en ellos.
—Ten.—le digo dándole mis cosas—. Te ves malditamente congelada.
Su cara se pone un poco de color rosa mientras sonríe.—Gracias—. Toma la manta y se la envuelve alrededor, pero deja intacto el suéter. Estoy tratando de no acomplejarme por eso.
—Entonces, ¿estás lista?— pregunta.
—Dispara.
Ella sonríe de nuevo mientras se mete en la manta. La atrapo aspirando en ella.
El estómago me gira.
—¿Has besado a Rosé?
Guau. No se anda con rodeos.— Una primera pregunta bien cargada.
Se encoge de hombros.— Lo siento, no fue mi intención cruzar la línea, si lo hice.
—No lo hiciste.— No quiero hablar de Rosé. Quiero estar con Jen–. No, no la he besado. En la mejilla, a lo mejor, pero no a lo que te refieres.
¿Hay alivio en su cara?
—Tu turno.— dice en voz baja.
Ya que ella va a la cuestión del beso...
—¿Cuantás personas has besado?
Ella estalla en risas. Le doy una mirada de "¿qué demonios es tan divertido?" ya que no puedo hacer la pregunta en voz alta.
—Lo siento, es que...pensé que te lo habías figurado ya. No he tenido una cita, así que, em, nunca he besado.
¿Por qué esto me pone nerviosa? ¿Por qué al enterarme de que sus labios nunca han tocado a nadie más hace que mis abdominales se sientan como si hubieran sido tontamente golpeados?
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Razones por las que me enamoré de ti. [Jenlisa]
FanfictionEs estúpido enamorarte de la ex de tu hermano. Pero aún es acudir a otra persona para que te ayude a ganarte a esa ex. Pero Lisa está desesperada, y Jennie, su compañera en el lenguaje de señas, esta más que dispuesta a ayudarle con un par de consej...