Razón #21: Cuando me dejas tocarte...

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"Cuando me dejas tocarte, me siento como si hubiera ganado el mejor de los premios."

¿Qué te pones para una fiesta a la que no quieres ir? ¿Nada? Sí, aparecer mostrando el culo en cueros sería un signo seguro de "No estoy interesada. Perdona si te hice creer lo contrario". Esto es un desastre, te lo digo.

Llamo a Jackson, pero no responde. Le envío un mensaje de texto, que estoy segura lo conmocionó como mierda. Probablemente le hizo preguntarse si era yo realmente.

Entonces, sólo por el gusto de hacerlo, invito a Jen también. Sé que la respuesta será que no, pero tengo una pequeña esperanza de que sus planes hayan cambiado o algo así. Ella no ha dicho una palabra desde que la dejé en su casa el lunes, tarde. No hay mensajes, ni llamadas...puede que también haya tenido cincuenta conversaciones sola.

Espero que aún esté en pie lo de mañana. No habrá ninguna tienda de tatuajes, pero tengo mi lista preparada para ella.

Me paso la mano por encima de mi muñeca antes de agarrar la pulsera para cubrirme el tatuaje. Por fin soy capaz de usarla de nuevo sin el picor. Luego me pongo la primera blusa y unos vaqueros ajustados, y salgo de mi habitación. He limpiado, Mamá se sentirá orgullosa, pero todavía estoy en medio del lavado. Había un montón de ropa debajo de la cama. Entre otras cosas.

Agarrando las llaves, hago una lista mental de todo en la casa. Puerta trasera con llave. Ventanas cerradas. Luz del vestíbulo, encendida. Ningún texto de Jen o Jacksom. Bueno, ya está. Será mejor que terminemos con esto.

Sigue lloviendo. Un torrencial de hielos, como diría papá.

Y porque soy mayormente patética, tomo la ruta larga a la casa de Jamie. Tengo que conducir donde Jennie sólo para ver si ella en realidad no es una fantasía sexual frustrada que he inventado durante las últimas semanas.

No, la casa sigue ahí. Luces apagadas a excepción de la del porche. Supongo que Jen tenía planes para esta noche. No es que ella mentiría sobre eso, pero sé que me esconde cosas.

Estoy a punto de volver la carretera cuando algo en el camino de entrada llama mi atención. Una sombra se agacha en el suelo, temblando y tratando de no mojarse bajo lo muy poco que cubre el garaje.

Santa mierda.

Piso el freno y retrocedo. Entonces, aparco la gran camioneta contra el bordillo. Estoy enviando mensajes de texto y corriendo al mismo tiempo, diciéndole a Rosé que no voy a ir, y entonces me meto el teléfono en el bolsillo antes de levantar su barbilla empapada para encontrarme con sus ojos.

—Jennie, ¿qué d-?

—¿L-Lisa? ¿Qué e-estás haciendo a-aquí?

—¿Te quedaste afuera?

Ella asiente, sus dientes temblando mientras todo su cuerpo se estremece.

—¿Por qué no llamaste a alguien?

Mete su mano en el bolsillo, sacando su teléfono. —I-inundado.

Mierda, ¿esto es lo que sucedió antes?

—¿Cuándo regresará tu mamá a casa?

Se encoge de hombros... creo. Tiembla demasiado como para notar una diferencia. La agarro y tiro de ella sobre sus pies.

—Vamos. Te llevaré a mi casa.

No discute, pero no me permite agarrarla, tampoco. Se enrosca sobre sí misma y no puedo estar segura, a causa de la lluvia, pero creo que está llorando.

La calefacción está puesta al máximo todo el camino de regreso a mi casa, mientras trato de no patinar el coche. Cuando llegamos, todavía no me deja tocarla. Simplemente camina a mi lado y me espera en la puerta mientras corro por una toalla para ella.

Razones por las que me enamoré de ti. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora