Razón #2: Caminas con un libro en tu cabeza.

990 100 4
                                    

-Hola cariño.- Dice mamá cuando entro por la puerta.- ¿Cómo estuvo tu día?

Pregunta estándar de mamá.

-Bien.

Respuesta estándar de hija.

Ella me llama a la cocina con un cuchillo en la mano. Luego se vuelve a picar los tomates. Arrugo la nariz.

-Te vas a comer estos y ser feliz con ello.- Amenaza cuando me siento en el taburete de la barra frente a ella, dejando caer la mochila en el suelo al lado de mis pies.

-Sí, madre.

Hace una mueca.- Odio cuando dices eso.

Me río.- Lo sé.

Toma una rebanada de tomate y la mete bajo mi nariz.- Ahora tienes que comerlo. Ese es tu castigo por ser una sabelotodo.

-Uggh.- Mi reflejo nauseabundo aparece en mi garganta mientras empujo su mano.- ¿Te parece justo si digo que lo siento?

-¿Y...?.- Agita la rebanada en mi cara con una enorme sonrisa.

-¿Te quiero?

-Dilo como si lo hablaras en serio.

Las mamás apestan.- Te quiero mamá. Ahora saca eso de mi cara antes de que vomite todo.

-¡Diug! ¡Lisa!.- Se ríe y pone de nuevo el tomate en la tabla de cortar.- No me hagas perder el apetito.

-Está bien, no más charla asquerosa-. Sonrió.- Con tal de que no me hagas comer nada de eso.

Recojo mi mochila y me la pongo sobre el hombro antes de dirigirme a la nevera para coger algo que no sepa a pie blando.

-Ah, antes de que me olvide.- Dice mamá metiendo la mano a su bolsillo.- Volviste a dejar tu teléfono cargando esta mañana.- Lo pone en mi mano abierta mientras me lleno la boca con sobras de pastel.

-Lo siento.- Le digo a través del bocado.

Hace caso omiso a mi falta de gusto por alimentos saludables.- No sé ni para qué lo tienes si nunca lo usas.

Tiene razón. Uso mi teléfono tal vez dos veces al día. Una vez para ponerlo en silencio, y luego otra vez para poner el volumen de nuevo. Sí, soy tan popular.

-Gracias.- Pateo la puerta de la nevera para cerrarla, la saludo chocando los 5 porque es una mamá genial, y me voy a mi habitación.

Conecto el ipod y me quito la ropa. Esa clase de LSA (Lenguaje de señas americano) realmente es demasiado caliente. O tal vez sea yo sudando una tormenta cuando estoy cerca de Rosé. Estúpidas hormonas y toda esa mierda.

Saco la tarea y la golpeo sobre la superficie de mi no tan ordenado escritorio.

Golpe de tarea.

Una vez le pregunté a Rosé cuál era el punto de todo esto. Ella rodó los ojos y me dijo que me callara. Entonces creo que me desmayé al verla agacharse a recoger todos los papeles que había tirado en el suelo. Joder, ese culo.

¡Guau! ¡Lisa, enfócate! Ella ni siquiera está aquí y estás desnudándola mentalmente.

Primero, cálculo. Mejor terminar con las cosas difíciles de una vez.

Dos horas más tarde el libro de cálculo tiene una mancha de baba, y mamá está gritando por las escaleras.

-¡Lisa! ¡Contesta el teléfono!

¿Eh?

El tono de llamada estándar se corta tan pronto como mis torpes dedos pulsan el botón de respuesta.

Razones por las que me enamoré de ti. [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora