"Me haces sentir toda esa mierdaporquería empalagosa que se supone debería sentir."
A pesar de ese momento incómodo en el coche, logro relajarme con Jennie el resto de la noche. Después de lanzarnos envoltorios de pajitas una a la otra, ella tiró todo el salero en mi bebida. No estoy hablando de quitar la tapa y verter sal dentro, sino de agarrar el salero y dejarlo caer en el vaso. La camarera no estaba muy contenta, pero yo estaba revolcándome de la risa.
Después del restaurante —y Jen apuñalándome con el tenedor cuando fui tras sus picatostes—, ella me llevó a una tienda de comestibles y decidimos fingir peleas cuando la gente caminaba por el pasillo en el que estábamos. Ella me compró una Coca-Cola para compensar la que "saló", y condujimos cerca de una hora haciendo nada más que hablar sobre las diferentes formas de decir "mierda".
—A veces digo: "¿Qué m?" en vez de mierda. Sin embargo, la gente no lo entiende siempre. —Ella se encoge de hombros.
—¿Y entienden cosas como "santas magdalenas"? —Me río entre dientes mientras ella me da un puñetazo en el brazo.
Aparcando en su camino de entrada, apago los faros a pesar de que ella no me lo ha pedido esta vez. Desearía no estar sin gasolina ni dinero. Me gustaría mantenerla fuera toda la noche.
Ella se quita el cinturón de seguridad, y yo corro alrededor del coche para ganarle y abrir la puerta. Se ríe mientras sale del coche.
—Gracias, Lisa.
—Ajá.
Cierro la puerta y la acompaño hasta su porche. Una parte de mí se pregunta si se dará cuenta de que la estoy acompañando a la puerta, algo que nunca antes me ha permitido, pero se gira y salta nuevamente a mis brazos tan rápido, que casi me caigo de espaldas.
—Lo digo en serio. Gracias —dice contra mi mejilla—. Te dije que no he tenido la mejor trayectoria con los cumpleaños y, bueno, este ha sido el mejor que he tenido.
¿Qué está haciéndome esta chica? Aprieto su espalda, deseando poder mantenerla atrapada en mis brazos para siempre, pero no lo haré. En el momento en el que se sienta incómoda, la dejaré ir.
Ella afloja su agarre, pero no se aleja de mí. Eso le da con una bolsa de hielo a mi magullado ego. Sus dedos se entretienen con el tatuaje de mi muñeca, y pica como la mierda. Sin embargo, no pienso decirle que se detenga.
—Eh, ¿Jen?
Sus ojos suben hacia los míos. —¿Qué?
Sonrío. —Puedo... quiero decir, ¿podemos volver a salir?
—¿Como amigas?
No.
Trago. —Otra cita. Quiero... —Grr, ¿Por qué es tan difícil?—. Quiero estar contigo, Jennie.
No puedo leer su expresión. Ella da un paso atrás para dejar de tocarme. Nunca la he visto morderse el labio, así que cuando lo coge entre sus dientes no tengo ni idea de lo que quiere decir.
—¿Por qué?
—¿Por qué, qué?
—¿Por qué quieres estar conmigo? ¿Es una especie de reacción por lástima? Porque no estoy interesada.
¿Habla en serio? —¡Jen, me estás matando! —No estoy segura de lo que es. La ira que sobra de tratar con Jae, o los nervios que he tenido durante toda la noche intentando decir las palabras, pero de repente estoy diciendo cosas que nunca, y quiero decir nunca, pensé que diría—: Lo he estado intentando toda la noche contigo. Es bastante difícil tener que decirlo, pero es más duro cuando tengo que explicarme, pero si necesitas saber el porqué, voy a decírtelo. —Tomo una respiración profunda y agarro su mano. No voy a dejar que se aparte de mí en este momento—. Me gustas, ¿de acuerdo? Quiero salir contigo no por pena, sino porque... lo necesito. Jen, no puedo sacarte de mi mente.
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Razones por las que me enamoré de ti. [Jenlisa]
Fiksi PenggemarEs estúpido enamorarte de la ex de tu hermano. Pero aún es acudir a otra persona para que te ayude a ganarte a esa ex. Pero Lisa está desesperada, y Jennie, su compañera en el lenguaje de señas, esta más que dispuesta a ayudarle con un par de consej...