𝘚𝘶𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘮𝘢𝘳𝘳𝘰𝘯𝘦𝘴 | 𝘚𝘦𝘷𝘮𝘪𝘰𝘯𝘦

Capítulo 1✧

Hermione, Ron y Harry se asomaban por la esquina del cobertizo del barco mientras Voldemort se paseaba de un lado a otro, siseando mientras hablaba con Nagini y luego con su antiguo profesor Severus Snape. Mordiéndose suavemente el labio, Hermione cerró los ojos y respiró profundamente, sufriendo aún el sentimiento de traición a su profesor y a una persona a la que Hermione admiraba y respetaba mucho. No era un secreto que Snape era un hombre mezquino, que trataba a todo el mundo como si fuera menos e indigno, y que no trataba a Hermione mejor que a un asqueroso gusano flotante. Pero como una vez fue su profesor y obviamente era un hombre muy inteligente, eso conllevaba otro nivel de respeto que Hermione le guardaba sólo por esa razón.

No era difícil adivinar lo que estaba sucediendo en el cobertizo del barco, era un pensamiento horrible conocer a un hombre que era un mentor, un profesor, y aunque no era un amigo o alguien a quien podía recurrir, todavía podía contar con él. Después de todo, Snape había ayudado con la piedra filosofal y con Quirrell. Cuando Lupin se había transformado en su forma de lobo, Snape los había protegido sin dudarlo. No le sorprendería a Hermione que el hecho de que fuera un verdadero mortífago fuera sólo una estratagema para obtener conocimientos, sabía que ya se había dicho una vez, pero entonces el señor volvió y Dumbledore había muerto. Necesitaba convencer a su señor de su lealtad y Hermione no veía mejor manera que acabar con el principal defensor. Respirando profundamente Hermione trató de calmarse, llamando a quienquiera que estuviera escuchando que el hombre podía ser salvado, Severus no necesitaba realmente morir, incluso si nunca iba a ser visto de nuevo, Hermione sólo sentía que Snape merecía ser finalmente dejado para ser su propio hombre.

"¿Mi señor?" La profunda voz de Severus sonó detrás de ella.

Hermione dio un salto de sorpresa cuando el sonido de un cuerpo golpeó el cristal frente a ellos, mostrando su silueta junto con constantes golpes y fuertes siseos.

Ron y Hermione se miraron con los ojos muy abiertos, ambos un poco pálidos por la sorpresa cuando Harry los ignoró y dobló la esquina. Hermione se apresuró a seguir a Harry sin darse cuenta de que Voldemort había salido del cobertizo del barco cuando patinó hasta detenerse, las lágrimas se acumulaban en sus ojos al ver al moribundo frente a ella, rogándole a Harry que tomara sus lágrimas.

Hermione se estremeció un poco registrando de pronto que Harry le exigía un frasco y rápidamente Hermione le pasó uno, viendo a su mejor amigo recoger las lágrimas antes de mirar el rostro de su profesor.

En la mano izquierda de Hermione sin que nadie lo notara se calentó ligeramente y se estremeció.

El sonido de la voz de Voldemorts sonó horriblemente en la cabeza de todos exigiendo a Harry que se reuniera con él en el bosque, Hermione se estremeció de asco y preocupación ante su horrible siseo. Harry parecía estar armándose de valor. Ron Harry y Hermione emprendieron el camino de vuelta hacia el castillo, esperando ver qué era lo importante de esos recuerdos ahora que Voldemort había dejado de hablar.

Voldemort había caído, la gente estaba de celebración y otros de luto, Hermione entre estos últimos mientras ayudaba a recorrer los terrenos para traer a los que habían perdido la vida por una causa mayor. Mientras Hermione caminaba ayudando a los que podía se había dado cuenta inconscientemente de que se dirigía al cobertizo de los barcos. Decidiendo dirigirse al embarcadero, Hermione sintió la necesidad de presentar sus respetos al hombre más valiente que había conocido, sintiéndose increíblemente horrible por no tener una fe completa en el hombre que siempre había apoyado incluso cuando otros no lo hacían.

Por fin, el sol había salido por completo, dejando un hermoso resplandor alrededor del cobertizo que daba la impresión de paz, aunque el mundo no sintiera mucha paz en ese momento, y Hermione caminó suavemente y en silencio hacia el cuerpo de Snape. A estas alturas estaba frío e increíblemente pálido y unas cuantas lágrimas resbalaban por sus mejillas.

"Fue un verdadero honor ser su alumna, señor, y en nombre mío, de Ron, y de Harry, me gustaría disculparme por lo horriblemente que lo tratamos. Aunque me imagino que no le servirá de mucho ahora" Hermione rió sin humor.

Apartándole suavemente el pelo de la cara y cerrando los ojos con suavidad Hermione se inclinó hacia delante y le besó la frente con dulzura.

Jadeando un poco, Hermione miró al hombre sorprendida Hermione se apartó y lo observó con los ojos muy abiertos, sin saber en absoluto lo que acababa de ver.

Severus Snape estaba de pie temblando y temblando mientras miraba al frente, sus ojos estaban muy abiertos su cara estaba pálida por el miedo y el shock. El pobre hombre no tenía la menor idea de lo que acababa de suceder, en un momento Voldemort estaba parado directamente frente a él diciéndole que iba a morir por su señor, y al siguiente estaba, ¿dónde?

Recuperando el sentido común, Severus tragó saliva y se arregló el abrigo, se secó la frente para quitarse el sudor de la cara y sacó su varita.

Caminando con determinación Severus se encontró acercándose a un pequeño pueblo que parecía completamente aislado pero lleno de muggles felices. Decidió dirigirse a una cafetería en la que normalmente se encontraba gente parlanchina que te contaba cualquier cosa con tal de que fueras lo suficientemente amistoso, Severus decidió dar el primer paso.

"Hola, por favor, tome asiento y alguien estará con usted en un momento".

Severus no pudo evitar sentir una increíble curiosidad mientras se dirigía lentamente a una mesa disponible hacia el fondo, queriendo observar a todos los que le rodeaban. Conocía ese acento, aunque no estaba seguro de si estaba en ese país o si sólo era la mujer que lo saludaba.

"Hola, me llamo Thalia y seré su camarera por hoy, ¿qué le sirvo?".

Severus volvió a palidecer y se limitó a mirar mudamente a la camarera durante un momento, olvidándose por completo de sí mismo por un instante antes de ponerse una máscara de indiferencia y responder con su frío trazo: "Sorpréndeme".

La camarera lo miró con curiosidad sin saber cómo proceder con su petición, ya que era increíblemente inusual, y luego asintió con la cabeza.

"¿y para beber?"

"agua" gruñó Severus.

Una vez que la camarera se marchó, Severus respiró y se calmó. ¿Cómo había llegado a Australia?