Capítulo 21✧

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Recuerda leer primero los capítulos 19 y 20.🛐

Mónica y Wendall Granger se encontraban uno al lado del otro muy pálidos mientras sufrían el embate de los recuerdos. Hermione estaba al lado de Severus mordiéndose el labio mientras los nervios se apoderaban de ella de nuevo mientras él permanecía inexpresivo y sin mostrar ninguna emoción. La pareja de ancianos estaba tardando mucho en asimilar su nueva realidad y Severus se preguntaba si realmente estaban bien o si habían sufrido un daño irreparable.

Severus conjuró una silla lo suficientemente cómoda para que todos se sentaran y se sentó tranquilamente, Hermione hizo lo mismo lentamente a su lado. Ésta, sin embargo, temblaba un poco por los nervios y su labio empezaba a sangrar de tanto morderlo, manchando los labios de un rojo oscuro.

Finalmente, Wendall volvió a ellos y miró a Hermione con dureza, cayendo básicamente en el asiento acolchado que había detrás de él. Inspiró profundamente y suspiró.

"Oh mi bebé"

Hermione sollozó y se lanzó a su padre, con los brazos alrededor de su cuello, la cabeza enterrada en su hombro, las piernas dobladas sobre su regazo haciéndola parecer una niña pequeña.

"Papá te he echado mucho de menos"

Wendall abrazó a su pequeña con fuerza y comenzó a sollozar abiertamente con ella. Severus se sintió incómodo ahora ya que no estaba para nada acostumbrado a las demostraciones abiertas de afecto, pero se aferró a su palabra de quedarse con Hermione.

Hermione miró al hombre en cuestión, sonriendo débilmente. Sin duda, parecía una auténtica tonta, con los ojos rojos e hinchados por el llanto, los mocos en la cara, el hipo y todo. A Severus no le importaba, estaba más interesado en Mónica.

Mónica se quedó mirando a su marido y a su hija sin saber cómo sentirse o qué hacer. Severus frunció el ceño y comenzó a sentirse cauteloso ya que no estaba seguro de qué esperar de la mujer.

Hermione se dio cuenta de hacia dónde miraba y siguió su mirada hacia su madre. Una vez más sonrió débilmente y se levantó con las piernas temblorosas.

Sin previo aviso, Mónica se acercó y abofeteó a Hermione provocando una reacción en cadena. Wendall jadeó y apartó a su mujer de un tirón mientras Severus se levantaba protegiendo a Hermione con la varita desenfundada apuntando amenazadoramente a la garganta de su madre.

Hermione sollozó y se sujetó la mejilla mientras miraba con los ojos muy abiertos a su madre. Mónica se ablandó e hipó.

"¿Cómo has podido?" susurró Mónica.

Severus le gruñó incapaz de comprender cómo la mujer se desahogaba culpando a su hija de algo que ella había hecho. Por ello clavó su varita en el cuello de la mujer que hizo caso omiso y Wendall la observó con miedo.

"Me has pegado" sollozó Hermione.

Mónica suspiró y miró hacia su marido.

"Necesito ir a casa".

Severus levantó los encantos de la habitación para permitir que Mónica saliera sin ninguna discusión por su parte. Miró con ojos oscuros mientras Wendall besaba suavemente la cabeza de Hermiones antes de perseguir a su esposa dejando a Hermione y a Severus solos en la habitación.

𝘚𝘶𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘮𝘢𝘳𝘳𝘰𝘯𝘦𝘴 | 𝘚𝘦𝘷𝘮𝘪𝘰𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora