XIV
Mediodía. Lexa, vestida con un suéter y un par de pantalones cortos, entra en la cocina para desayunar.
—Buenos días, Maria.
—Buenos días.
Maria deja de inmediato de lavar los platos. Sabe que a Lexa le molesta el ruido recién levantada. Lexa saca del fuego la cafetera y el cacito de la leche y se sienta en la mesa justo en el momento en que empieza a sonar el timbre. Parece enloquecido. Lexa se lleva la mano a la frente.
—Pero quién co…
Maria corre hacia la puerta con pasitos veloces.
—¿Quién es?
—¡Soy Bellamy! ¿Me abre, por favor?
Maria, recordando el día anterior, se vuelve hacia Lexa con aire interrogativo. Lexa asiente con la cabeza. Maria abre la puerta. Bellamy entra corriendo. Se detiene delante de Lexa, mientras este se sirve un café.
—¡Oh, Lexa, no sabes qué mito! ¡Fabulosa, guay!
Step enarca las cejas.
—¿Me has traído los sándwiches?
—No, no te los traigo más, visto que no los sabes apreciar. Mira.
Le enseña Il Messaggero.
—El periódico lo tengo ya —levanta de la mesa La Repubblica—, me lo ha traído Maria. Por cierto, ni siquiera la has saludado.
Bellamy se vuelve hacia ella impaciente.
—Buenos días, Maria. —Acto seguido, abre el periódico y lo pone sobre la mesa—. ¿Has visto? ¡Mira qué foto tan impresionante! Un mito… Sales en el periódico…
Lexa pone la mano sobre la página de las noticias de Roma. Es cierto. Ahí está. En la moto, con Clarke detrás, haciendo el caballito delante de los fotógrafos. Perfectamente reconocibles: menos mal que los han fotografiado por delante. La matrícula no se ve; de no ser así, estarían metidos en un buen lío. Todo un artículo. Las carreras, los nombres de algunos detenidos, la sorpresa de la policía, la descripción de su huida…
—¿Has leído? ¡Eres un mito, Lexa! ¡Ahora eres famosa! Coño, ojalá hubieran escrito sobre mí un artículo así.
Lexa le sonríe.
—Tú no sabes hacer el caballito como yo. La verdad es que es una bonita foto. ¿Has visto lo bien que ha salido Clarke?
Bellamy asiente a su pesar. Clarke no es lo que se dice su ideal de mujer. Lexa levanta el periódico con las dos manos y contempla extasiada la fotografía.
—¡Desde luego, no se puede negar que mi moto es preciosa! —exclama mientras se pregunta si Clarke habrá visto ya aquella foto. Seguro que no—. Bell, me tienes que acompañar a un sitio. Ten, bebe un poco de café mientras me ducho.
Lexa se marcha. Bellamy ocupa su asiento. Mira la foto. Empieza a releer el artículo. Coge la taza y se la lleva a la boca. ¡Qué asco! Es cierto: Lexa toma el café sin azúcar. La voz de su amiga le llega desde la ducha, atenuada por el ruido del agua.
—¿A qué hora cierran las tiendas?
Bellamy echa la tercera cucharita de azúcar en el café. Después mira el reloj.
—En menos de una hora.
—Joder, tenemos que darnos prisa.
Bellamy prueba el café. Ahora sí que está bueno. Se enciende un cigarrillo. Lexa aparece en la puerta. Lleva puesto un albornoz y se frota enérgicamente el pelo con una toalla. Se acerca a Pollo y mira de nuevo la foto.
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A Tres Metros Sobre el Cosmo (Clexa) [PAUSADA]
FanfictionAdaptación #chicaxchica de la novela 3MSC (Clexa). En Roma, como en cualquier otra ciudad del mundo, los adolescentes quieren volar, buscan caminar «tres metros sobre el cielo». Las chicas como Clarke se esmeran en sus estudios, hablan del último gr...