Four.

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Después de que llegamos al apartamento Raúl cumplió lo que dijo y me cocinó, siendo honesta cocina rico. Luego de medio acomodar la cocina, nos sentamos a comer en el balcón para aprovechar la vista al mar.

Conversar con el es bien divertido, tiene unas ocurrencias muy chistosas que hacen que la conversación nunca se ponga aburrida. Alguien tocó la puerta y logró sacarme de mis pensamientos.

—Yo voy.—me levante y camine hacia la puerta. Vi por la mirilla y noté que se trataba de Fernando, verlo ahí me hizo ponerme muy nerviosa tanto que llegue al punto de temblar. Respire profundo y abrí la puerta.

—¿Aún sigues viva?. Que triste.—me miro mal de arriba a abajo.

—¿Para eso viniste?.

—Si y no, quería ver si por lo menos lograste hacer esto bien.—mis ojos se aguaron y yo baje mi cabeza, no pienso dejar que me vea llorar.

Entiendo la razón por la que me está tratando así pero igual me duele.

—Ya me viste, te puedes ir.

—No quiero, tengo como ganas de hacerte sentir mal.—sonrió con superioridad.—Hacerte sentir un poco de lo que yo sentí.—triste y nerviosa empecé a jugar con mi pulsera.

—Que te sintieras así fue culpa tuya, yo intenté explicarte las cosas, pero tú no me quisiste escuchar.

—No no, no vengas con esa mierda ahora. No me eches la culpa a mi de algo que hiciste tú solita.

—Yo entiendo que la cague pero tú no tienes el derecho de venir a tratarme así, yo se que soy una mierda de persona no necesito que me lo recuerdes. Por favor solo vete.—me limpie mis lágrimas.

—¿Todo bien?.—preguntó Raúl parándose a mi lado.

Lo que faltaba.

—Es que ya tienes a otro que te da, cambiaste mucho Grecia.—miro mal a Raúl.

—Tanto tiempo que llevabas al lado de Grecia y se nota que no la conoces.

—¿Tu crees que la conoces?.—resopló.—Créeme que cuando menos te lo esperes te va a joder la vida.

—Ya va siendo hora de que te vayas. Tenemos mejores cosas que hacer que escuchar las estupideces que salen de tu boca.—lo empuje y le cerré la puerta en la cara.

—Gracias.—caminamos juntos hacia el balcón.

—No hacen falta.—nos sentamos en el sofá.—Ahora con seguridad te digo que el no vale la pena, no te pierdes nada bueno sin el Grei.

Tal vez tenga razón.

Almas Gemelas [Micro TDH] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora