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Pasado.
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Una niña de unos 6 años se encontraba acostada en el sofá de su casa, se retorcía en ella dramáticamente, pues esta se encontraba bastante aburrida, no encontraba que hacer.
Se levantó rápidamente hacia el cuarto de sus padres, encontrando a Hajime trabajando en el computador.
- Papá. - se encargó de llamar con voz falsamente cansada. - Estoy aburrida. - comentó alargando las vocales de la última palabra.
- Lo siento, Rei, pero estoy un poco ocupado ahora. - respondió sonriente el hombre.
- ¿Ehhh?
La menor hizo un puchero y salió de la habitación. Recorrió los pasillos de la casa buscando a una persona en particular, sonrió con travesura pensando en cómo asustar a esa persona cuando la encuentre.
Buscó, buscó y buscó. Pero no se encontraba en la casa.
- Pues... En las gavetas de la cocina no está. - dijo cerrando estas. - ¿Pero a quién se le ocurriría esconderse en unas gavetas?, A una persona muy pequeña, supongo. - se preguntó y se respondió a sí misma.
Levantó la vista, y se puso de puntillas para poder ver por encima de la estufa, donde se encontraba la ventana dando para el patio.
- ¡Ah, te encontré! - exclamó energética, sabiendo que esa persona no la escucharía.
Caminó despacio y silenciosamente por pasto, hasta llegar a estar cerca de esa mujer.
- ¡Bu! - exclamó repentinamente, provocando una pequeña y suave risa de ella. - ¡Te asusté! ¿Verdad, mamá?
- Rei, te dije que no aparecieras así de repente cuando estoy trabajando. - sonrió suavemente la mujer, tomando de forma delicada las mejillas de la infante.
- ¡Lo siento! - se disculpó.
Los celestes ojos de la mujer no hicieron más que ver con cariño a su hija, esta acción se detuvo al sentir una corriente de aire despeinando los blancos cabellos de ambas.
- Bueno, supongo que el trabajo puede esperar, estas aburrida, ¿Cierto?, vamos a jugar un rato. - dijo la mujer.
- ¡Sí!
La mujer de blancos cabellos se dedicó a entretener a su hija con unos pocos juegos y juguetes que la menor poseía. Esto lo veía el padre de la familia, que no hacía más que sonreír al ver a las dos feminas riendo.
