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Blanco como la nieve.
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Me dirigía junto Bokuto nuevamente al club de fotografía, otra vez habíamos decidido venir más temprano de lo normal a la escuela. Rei se había a adelantado mientras nosotros comprábamos unas bebidas en la máquina expendedora, era temprano, por lo que no había mucho problema.
Me sentía especialmente inquieto, desde el día de ayer cuando no había medido bien mis palabras, no sabía cómo mirar a Rei a la cara, esta mañana en especial se notaba nerviosa.
Cuando chocabamos la mirada, y durabamos escasos segundos así.
Pero eso cambiaba drásticamente al volver a su conversación con Bokuto, conversación en la interactuaba un poco.
¿La habré incomodado? ¿Le habrá molestado?
No lo sé, pero me desanimada que me evitara constantemente.
No quiero que me evite.
Apreté levemente la lata en mi mano, la que había comprado para ella.
Una bebida gaseosa, de verdad ama esas cosas.
¿Es normal conocer tantas cosas sobre ella?, tal vez es raro, pero me gusta escucharla hablar sobre las cosas que le gusta, sus ojos brillan de forma especial mientras habla tal cual loro.
Suspiré, tengo que calmarme un poco.
- ¡Rei! - exclamó Bokuto alargando la última vocal de su nombre.
- ¡Kotaro! - imitó ella su acción. - ¡Akaashi! - exclamó nuevamente, alzando los brazos emocionada. Sonreí pasándole la bebida anteriormente comprada.
La abrió rápidamente y la empezó a tomar, vi que hoy traía la chaqueta que antes le había regalado.
- ¡Gracias!
Entramos al club, creo que llegar temprano a la escuela e ir al club de fotografía va a convertirse en una rutina. Aunque igualmente el lugar era agradable.
- Claro que sí, me desvele toda la noche para que quedaran perfectas, pero el resultado realmente valió la pena. - respondió, eso era un poco obvio, lo poco que he conocido de este chico en general es que tiene mucha energía. Sus ojeras eran evidentes, más el café que se bebía.
- D-Dije que me encanta que se esfuercen a la hora de tomar fotos, p-pero no es para que descuides tu salud. - dijo con su usual voz trémula, con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
- Tranquilizate, Fujioka-chan, lo hice porque quise. - respondió sin tomarle mucha importancia, acariciando la cabeza de Fujioka. - Al punto, las fotos están sobre la mesa. - apuntó él.
