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- Y esta...
Coloqué otra foto en mi escritorio.
Yo un día cualquiera decidí revisar la carpeta de las fotos que había tomado desde que había llegado a Japón. Eran tantas fotos que casi no cabían en la mesa de mi escritorio.
Algo era que la mayoría de las fotos trataban de Akaashi, aunque otras veces tomaba fotos a otras personas, a Bokuto, Azami, a mi padre. Aunque... Yo no estaba en ninguna de esas fotos.
Empecé a jugar con el lapicero que traían manos, quería ponerle fechas a las fotos, aunque en algunas casi no recordaba cuando las había tomado.
- Rei, el almuerzo ya está lis...-
Mi padre entró en la habitación, y paró su caminar al ver el poco desorden que habia en la habitación.
- ¿A qué se debe todo esto? - sonrió mi padre acercándose a mi
- ¡Nada! Solo quería verlas, aunque no esperaba tener tantas fotos. - dije rascando mi cabeza un poco sorprendida.
Esta cantidad de fotos era una prueba más del largo tiempo que me pasaba con esa cámara encima.
Mi padre reaccionó de una manera sorprendida unos segundos, y al no escuchar nada proveniente de él dirigí mi mirada a el de una manera curiosa.
- Esas fotos... - señaló él.
- Ah, sí. ¡Es Akaashi! - sonreí con pura inocencia hacia él, me miró raramente.
- ¿No crees que son muchas? - noté que sonrió un poco nervioso, ¿O falsamente?
- ¡No! Después de todo es mi modelo de fotos favorito, de hecho, ¡Quiero más fotos! - exclamé con energía.
Para mí no es suficiente, y creo que ya lo he dicho, pero tomarle fotos a Akaashi es uno de mis pasatiempo favoritos.
- ¿Por qué? ¿Está mal? - pregunté ladeando un poco mi cabeza.
- No... ¿No sabes qué? Olvídalo.
Asenti dudosa, pero no le vi lo importante.
- No hay ni una sola foto tuya... - escuché murmurar a mi padre.
- Prefiero ser yo la que tome las fotos, no que me las tomen. - respondí un poco incomodada.
Nunca lo había pensado muy bien, pues, solo me centré en tomarle fotos a las personas que más quiero y a las cosas que me gustan, ¡Como las flores! ¡Amo las flores!
