KAIA

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Parte de mi sabe que un nombre son solo letras unidas formando una palabra,pero es una palabra deliciosa si son sus labios quienes la pronuncia.-

Una vez,cuando era pequeña,tuve un sueño. Tenia siete años en ese entonces e iba a la escuela,ese día la maestra nos habia enseñado los sonidos de aves y porqué lo hacían. Quedé fascinada y cuando llegué a casa le pedi a mamá que me mostrara más sonidos de aves. Ella dijo que no era buena imitando los sonidos de la naturaleza,por lo que esa noche,antes de ir a dormir,me dejó tener su celular para reproducir un video en youtube. Fue encantador. Por lo que no me sorprendió que en mi sueño aparecieran aves. Recuerdo,incluso después de tantos años,estar rodeada de pequeños pájaros de todos los tamaños y colores. Parecian dirijir su vuelo a un enorme árbol blanco,que era lo único que se veia,el resto estaba tomado por oscuridad. A pesar de la oscuridad y la bandada de pájaros que pasaban por mi cabeza,no senti miedo,sino simple curiosidad. Me acerque lentamente al árbol,debajo de mis pies pude sentir la lijera humedad y textura del cesped,aunque no pudiera verlo.

El árbol era enorme,una de sus ramas era más grande y robusta que un hombre adulto,asique como una niña de siete años pequeña que era,temí que alguna de aquellas ramas cayera sobre mi. Pero,a pesar del miedo,no pude evitar apreciar la hermosura que tenia frente a mi,me parecia increíble como este arbol parecia tener miles de flores y frutos,todos diferentes,ninguno se repetia,solo una flor y un fruto por especie. La variedad de formas y colores era impresionante.
Recuerdo tocar el tronco,y como  en cuanto lo hice lo que parecieron venas,comenzaron a brillar en dorafo por todo el árbol hasta sus raíces expuestas y más allá. Me aparté algo asustada hasta que sentí una risa alta y melodiosa detrás de mi.

De repente,todo se detuvo. Los pajaros se posaron sobre las ramas y no emitieron sonido,ni siquiera el batir de sus alas se escuchaba,el viento,del que no me di cuenta,se detuvo. Todo pareció congelarse.

-¿Tienes miedo?-Preguntó la voz.

No quería responder,creia que si lo hacia algo malo pasaría,como en las películas.

-No te haré daño.-De nuevo hablo la voz,esta vez la pude escuchar de cerca. -Hacerte daño sería hacerme daño a mi.

Sentí una presencia a mi lado,pero estaba congelada no podía moverme ni hablar.

Generalmente ahí acabaria el sueño. Los pájaros volverían a volar y yo desperaría.,cubierta en sudor y con el corazón acelerado. Pero esta vez es diferente por alguna razón.

Por el rabillo del ojo puedo ver una figura sentarse sobre sus rodillas,mirando la vista ante nosotros.

-Has crecido. La ultima vez que me permitiste la entrada a tus sueños fue hace años.-Hay una ligera risa en su tono de voz bajo. Habla como si estuviera cansada de hacerlo.

Pasan lo que parecen minutos antes de que finalmente pueda girar mi cabeza y observar a la persona frente a mi.  Parece ser una señora,debe rondar los treinta,sus ojos parecen tener todos los colores inmaginables pasando de uno a otro en segundos,su pelo es largo y parece verde aunque puedo notar como cambia de color en las raíces,su piel olivacea parece brillante en algunos ligares pero apagada en otros,y no lleva nada más que unas pequeñas flores de cerezo ocultando sus pechos y parte íntima.

-¿Quién eres?-Por fin logro sacar algo de mi boca,aunque noto lo chillón que sueno. Observo más detenidamente mi cuerpo,aún conservo mi apariencia de niña.

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