El principio 1/2

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"Por años me pregunté si estaba loca,hasta que la conocí y me Di cuenta. Somos las cuerdas en un mundo de locos"

El invierno pasó demasiado rápido y dejó paso a la primavera. Lo cual realmente me emocionaba,los cambios de estación son mis favoritos,me encanta ver como los árboles cambian de color,como el viento sopla de una manera completamente diferente,como  puedes notar con sólo respirar un poco el cambio en el ambiente entero. Simplemente fantástico.

-Tierra llamando a Anya.-Un par de dedos chasqueando en mi cara me saca de mi primaveral ensoñación.

-¿Qué sucede?

-Hay clientes.-Me avisa mi mejor y única amiga,Maggie. Quien en este momento está mirándome con reproche,de nuevo.-No te distraigas.

Finjo indignación ante sus palabras y tomo una bandeja de sus manos llenas para acto seguido decirle con un tono que finge ser serio.

-No se con quién piensas que hablas. La única que se distrae aqui eres tu con tu galan.

Y con una sonrisa al ver su sonrojo me dirijo a la mesa más próxima para dejar su pedido.

Pero es que mi pobre amiga Maggie cree que su relación de "amigos con derechos",que estoy segura pronto se formalizará,con el barman es un secreto. Pero no la puedo reprochar,se que ella es muy tímida para todo lo que tenga que ver con expresar o hablar de sentimientos. Algo en lo que yo no tengo problemas,por lo que algunas veces me frustró un poco con mi pequeña amiga.

Al final de la noche,como ya es tradición,Marjorie,la cocinera,envuelve toda la comida que sobró y nos la repartimos entre las camareras. Acto seguido me despido de todas y me dirijo hasta la parada de autobús,donde me siento a esperar el autobús que me llevará a casa.

Me siento en el banco al lado de una señora algo mayor. Su pelo canoso está recogido en un moño en lo alto de su cabeza,sus ropas son grises y holgadas por lo que no podría definir su estado corporal,sin embargo sus ojos grises rodeados de arrugas me transmiten una sensación que no podría llegar a definir con presicion. 

Al verme mirarla la señora me regala una sonrisa que me deja ver su perfecta dentadura blanca con todos sus dientes en su lugar.

-Buenas tardes,niña.-Saluda la anciana,con una voz extrañamente juvenil.

-Buenas tardes,señora.

-Es un bonito día,¿verdad?

-Así es. La primavera ya llegó asique el ambiente a cambiado mucho.

-Asi es. Las flores han comenzado a brotar. Es increible.

Nos quedamos un rato en silencio hasta que ella decide romperlo.

-¿Te gusta el cereal?-Pregunta la mujer con ojos brillantes y una enorme sonrisa en su arugado rostro. Como si la mención del cereal fuera gloriosa.

-Ehh,a....s-si. Lo como de vez en cuando.

Y como me arrepiento de decírselo,porque los siguientes treinta minutos que dura el autobús en venir,la señora piensa que es buena idea gastarlos en hablar sobre cereal. Y es impresionante lo mucho que sabe sobre el cereal esta mujer. Incluso me regaló una caja de cereales de la marca,DR,que jamás había conocido.

Cuanto agradezco cuando el autobús llega. Me subo en el y camino hasta el fondo como siempre. Nunca me gusta ir al frente o en medio,es simplemente que no me siento cómoda en esos lugares. Sin embargo cuando me siento e intento ver dónde ha ido a parar la señora de los cereales no la veo por ningún lado. Y cuando observo por la ventanilla de mi asiento,en el banco sólo hay una joven morena demasiado ocupada en su celular. De seguro esperando el siguente autobús.

En cuanto llego a casa me acuesto a dormir. En serio,yo jamás en la vida eh servido para levantarme temprano. No es por perezosa,simplemente no es fácil despegarse de la comodidad de una cama.  Seguro muchos me comprenderian.

Cerca de las ocho de la noche recibí una llamada que sinceramente no quería recibir. Sobre todo cuando estoy tan cómoda en mi cama preparándome para ver mi serie favorita por el momento "Person of interest".

Me estiro lentamente por la cama hasta alcanzar mi celular encima de la mesa de luz.

-¿Qué quieres?-Gruño esperando que Maggie sienta lo infeliz que me está haciendo.

-Ya,ya. Te necesitamos en el bar. Hoy estamos llenos. Y déjame decirte cariño que parece una maldita Convención de modelos.

-¿De qué hablas?-Pregunto confundida. Realmente no creo que un montón de modelos quisieran ir a un bar donde las servilletas dicen feliz cumpleaños porque tu jefe es demasiado tacaño para comprar unas servilletas adecuadas.

-Tu ven. Lo verás con tus propios ojitos. ¡APURATE!-Salto en mi lugar alejando el celular de mi oreja cuando la loca de mi mejor amiga grita. No es algo que me sorprenda considerando que lo hace más seguido de lo que a la gente le gustaría.

                    
                 -.-.-.-.-.-.- - - - -

En cuanto llego al bar comprendo lo que Maggie me quería decir.

No hay rincón del bar que no este ocupado por hombres y mujeres extremadamente guapos.

En cuanto cruzó la puerta veinte pares de ojos están sobre mi,haciéndome sentir incómoda,por lo que me apresuro hasta la cocina donde dejó mis cosas y amarró mi delantal negro a la cintura.

-O por Dios. O por Dios. ¿Los has visto?-Pregunta mi loca amiga entrando por la puerta como un torbellino toda exaltada y sonrojada.

-Todos lo hicimos,Maggie.-Dice con fastidio Amy otra de las camareras rodando sus ojos.

-Oh,callate.-Le dice sin siquiera mirarla-Entonces,tu te quedas con las chicas y yo tengo vía libre con los chicos. Te avisaré si me encuentro de bi-curiosa,¿ok?-Y acto seguido se va. Dejándome con la duda de si me acaba de dar una orden,una misión o simplemente sacó a relucir su locura,es más que probable que se trate de esto último.

Con mi delantal amarrado y una bandeja de papas horneadas en la mano me dirijo a la que de seguro será la noche más loca de mi vida.

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