beomgyu suspiró temblorosamente después de ese pequeño contacto visual con hueningkai. sentía su corazón apretujado por la manera en que los orbes del contrario analizaron su persona, tan ajeno, triste y pudo descifrar que hasta cansado.
si, llevaba aquella sudadera a propósito, porque aún conservaba algo del aroma del más alto y sentir aquel sutil perfume rodearlo por todos lados lo hacía sentir un poco seguro. necesitaba de aquella seguridad ahora que, literalmente, todo el mundo huía de él como sí tuviera una enfermedad realmente contagiosa.
se sintió patético cuando los ojitos de hueningkai huyeron de los suyos y él solo sintió las náuseas atacar todo su cuerpo, haciendolo soltar un quejido alto porque no sabía cuánto permitiría que la situación le afectara.
quería llorar, porque no podía descifrar todo lo que su corazón sentía. era como estar en un mar agitado que lo llevaba de aquí a allá, haciendolo sentir a veces regular y un segundo después con tantas ganas de llorar que no importaba donde se encontrara, sus orbes se llenarían de lágrimitas hasta derramarlas.
no hizo más que soltar un quejido bajito, intentando no recordar la mini llamada que había tenido con huening el día anterior. avanzó tratando de no chocar con toda la gente que caminaba por ahí, aunque sin poner verdadera atención, porque no notó a tiempo cuando alguien interpuso a su marcha intencionalmente su pie, haciendolo tropezar un poquito.
el rubor subió por sus mejillas cuando la comida se balanceó ruidosamente sobre la bandeja, llamando la atención de algunas personas que no dudaron en reírse de su pequeña traba al caminar. si, si, sabía que ya todos estaban hablando de cómo era todo un torpe, porque los podía escuchar mientras murmuraban a su paso.
sin embargo, no pareció ser suficiente para el resto que solo tropezara. en el momento en que más desprevenido estaba, alguien lo empujó por detrás sin nada de delicadeza, logrando que cayera sobre sus rodillas mientras dejaba caer de igual manera la bandeja que llevaba y esta provocaba un gran estruendo, uno que logró que todo el mundo en la cafetería se quedara en silencio.
eso fue suficiente para que las lágrimas brotaran de sus orbes, dando un vistazo hacia atrás y descubriendo a junkyu y mashiho riendo más evidentemente que el resto.
intentó recoger lo que había tirado, pero sus manos estaban temblando tanto que ni siquiera era capaz de hacer eso. sentía el estómago revuelto y el sudor frío bajando por su nuca, haciendo movimientos torpes por culpa de su mirada borrosa hasta que escuchó un poco lejana la voz de una de las encargadas de limpieza, pidiéndole amablemente que dejara todo como estaba y mejor fuera por una nueva bandeja.
ignoró la mitad de lo que dijo, se puso de pie sintiendo que la presión sobre su pecho crecía y en lugar de ir por una bandeja nueva salió de la cafetería, porque bajo todas esas miradas se sentía extraño y no dudaba que si probaba algo de alimento lo vomitaría de inmediato.
corrió hasta los baños, ese lugar lo consideraba medianamente seguro y por el momento era su única opción. sus piernas se sentían entumecidas, incluso si no había corrido tanto, así que tan pronto llegó a aquel lugar se desplomó sobre sus rodillas y manos, con la cabeza hecha un lío, porque veía los azulejos debajo de él moviéndose a pesar de que él estaba quieto.
su cuerpo se contrajo por el primer reflejo de arcada, así que obtuvo fuerzas de algún lugar en su interior y comenzó a gatear hasta uno de los excusados, entrecerrando la puerta porque no tardó en vomitar lo poco que había comido en la mañana, antes de salir de su casa.
su respiración comenzó a fallar, mientras veía las lágrimas caer de sus ojos y su estómago terminaba de vaciarse, dejándole un mal sabor de boca. sintió que la opresión en su pecho se hacía más incómoda al mismo tiempo que se alejaba del excusado y bajaba la palanca con cansancio.
quizás era su imaginación, pero parecía que las paredes de aquel pequeño baño se hicieron todavía más pequeñas, haciendolo sentirse acorralado, con pánico ante la sensación de ahogo. sus pies cosquillearon, queriendo huir a un lugar más libre, pero no contaba con tanta fuerza como para ponerse de pie.
la puerta del cubículo se abrió, golpeandole la pierna un poco y sobresaltandolo, haciendo que un jadeo se atorara en su garganta. genial ahora también estaba alucinando, porque tan pronto la puerta se abrió en su totalidad vio el rostro de soobin asomándose ¿ahora imaginaría a esos cuatro chicos atormentandolo?
podía ver a soobin moviendo los labios mientras parecía estar hablando, y aunque él no podía escucharlo, podía ver que el mayor lo miraba con el ceño fruncido porque probablemente le estaba reclamando. su visión estaba borrosa, había dejado de llorar segundos antes pero cada que su corazón latía sentía que la cantidad de aire que llenaba sus pulmones era menor.
entonces soobin hizo el amago de acercarse a él, y oh no, no, no, no, sí el diminuto espacio lo estaba asfixiando estando solo ahí, que el mayor entrara sería más sofocante.
beomgyu se arrastró un poco, alejándose del contrario con el miedo filtrandose en su expresión y los jadeos escapandose de su boca. sin embargo, eso no pareció importarle a soobin y aun así entró y se acercó a beomgyu.
tan pronto la mano de soobin se coló bajo sus mechones húmedos de sudor y tocó su frente, todo lo que él menor pudo escuchar fue un pitido, algo que lo aturdió y lo hizo entrecerrar los ojos.
podría jurar que tan sólo fue un pestañeo, pero cuando beomgyu abrió los párpados de nuevo no estaba más en el baño. sus orbes divisaron el techo completamente blanco y una luz cegadora que lo hizo quejarse de incomodidad.
el castaño se incorporó, consiguiendo una fuerte punzada en la cabeza y un poco de desubicación. miró a su alrededor, concluyendo que estaba en la enfermería. y también encontrándose con soobin, sentado a más o menos un metro de distancia de él.
─¿q-qué pasó...? ─beomgyu preguntó con un hilito de voz, tan bajito que dudó que soobin pudiese escucharlo.
─la enfermera dijo que posiblemente tuviste un ataque de pánico ─dijo después de un pesado suspiro, levantándose de la silla donde estaba y acomodando un poco su ropa ─vi lo que pasó en la cafetería y simplemente fui tras de ti ─admitió en un murmuro, antes de extender un bolsa que contenía algo de comida en su interior ─no pudiste almorzar, así que intenta comer algo ¿bien?
─uh, g-gracias ─tomó la bolsa con un poco de indecisión, teniendo contacto visual con el mayor apenas tres segundos antes de desviar la mirada ─bin, yo...
─no creo que haya algo más que decir, beomgyu ─el más alto interrumpió, está vez hablando con firmeza mientras caminaba hacia la puerta de aquella sala ─sólo quería aclarar que se acabó lo que había entre nosotros, ¿de acuerdo? mejorate, supongo.
beomgyu no pudo decir algo antes de que soobin saliera del lugar, cerrando la puerta tras de sí. y ahí estaba de nuevo, ese dolor en su pecho que significaba perder el afecto de las personas que más amaba.
regresaron las actualizaciones tristes (∩︵∩)
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pedacitos de corazón ↯ beomgyu × txt
Fanfiction─¿qué pasaría si el corazón de beomgyu no lo ocupara una persona sino cuatro? ↷ yeongyu, kaigyu, soogyu y taegyu ↷ poliamor, fluff & angst ↷ no copias o adaptaciones © wishlist, 140221