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Una semana más una menos,que más da.

A este punto ya e perdido la noción del tiempo,toda la motivación se a disipado bajo un cúmulo de billetes que son fruto de años de carrera artística.

Mientras mi madre a pesar de mi éxito en el mundo del entretenimiento y modelaje sigue insistiendo en querer que me case con algún alfa hijo de algún gran empresario,ya saben,porque es más conveniente tener sucesores para que hereden su riqueza y engrandecer la reputación del apellido al casarlos con hijos de otras familias ricas.

Casar un alfa con un omega de un buen apellido hace ver que tienen un buen estatus y se codeen fácilmente con la gente de poder,pero eso pasa únicamente si ambos provienen de una familia respetada además de poseer fortuna y algo que ofrecer a cambio.

Obviamente,esto para ellos es solo un negocio más para obtener ganancias y verse bien ante los demás.

Mi familia no es la excepción,con mi “familia” me refiero a mi madre,ya que ella es alfa,yo soy hijo único y además un omega.

Es difícil contender contra aquella excéntrica mujer a la que llamo madre,la cuál nunca se da mano a torcer,su fuerza,perseverancia y determinación son algo que secretamente siempre e admirado,pero cuando estás son usadas contra mí...ahí es otra historia.

Vamos en el coche camino al restaurante dónde se llevará a cabo la reunión,le digo reunión a lo que en realidad es una cita organizada por mi madre.

Soy un adulto con una carrera exitosa y una situación económica más que estable,no necesito de un alfa para mantenerme pero mi madre parece no entender eso.

Mientras miro por la ventana veo autos pasar a nuestro lado,él chófer no escatima en tiempo,parece que no tenemos prisa cuándo en realidad vamos llegando tarde,bueno no es mi asunto de todas maneras si fuese por mi yo...

—heyy rubiecita,¿se te perdió algo? te estoy hablando hace minutos y ni pio de tu parte—dice mi chófer interrumpiendo mis pensamientos.

joder desde cuándo éste imbécil agarró tanta confianza conmigo.

—Mierda te dije que no me llamaras así,es putamente molesto que mierda quieres ahora—aparté mi mirada de la ventana para dirigirla en dirección a la cabina del conductor.

—Vamos Bakubro,¡somos amigos!¿acaso la fama ya se te subió a la cabeza?—dice para dirigir su mano hacía el espejo retrovisor y acomodarlo para mirarme a través de éste.

—¿quién mierda es tu amigo? sigo siendo tu jefe,que mierda querías decirme,vamos que no tengo todo el puto día.

—desearías tenerlo ¿no?—se expresó burlonamente mientras reía.

—si,ríe hijo de puta,después arreglaremos cuentas cuándo llegue el momento de tu paga,tsk.

—va..no te lo tomes tan a pecho,era una broma—dice riendo entre dientes para después apropiar un semblante algo más serio no muy común en el y hablar con un tono de voz más calmado—la jefa me dio órdenes de no venir por ti en la noche,creo que quiere que ese tipo te lleve a su casa—dijo mientras giraba el volante y mantenía sus ojos en el camino—me dijo que no debía decirte de esto pero que lo que está haciendo está mal,aunque sabes que no puedo desobedecer porque me iría mal si lo hago..¿crees que estarás bien por tu cuenta? puedo llamarte un taxi en la noche si quieres,no quiero que tengas que quedarte con tipo que nisiquiera conoces.

—no te preocupes por el taxi,lo llamaré por mi cuenta—dije para después sentir como el auto se detenía.
Abrí la puerta del auto y bajé de éste para después cerrar la puerta tras de mi.

FOR A TRAINED HEARTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora