ℤ𝐚𝐩𝐚𝐭𝐨𝐬 ℕ𝐮𝐞𝐯𝐨𝐬

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El rubio abrió la puerta de su habitación para salir corriendo de allí con una sonrisa, mirando hacia el suelo mientras corría, feliz

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El rubio abrió la puerta de su habitación para salir corriendo de allí con una sonrisa, mirando hacia el suelo mientras corría, feliz.
Se había comprado zapatos nuevos, eran de distintos colores y le encantaban.

La puntera era de color amarilla, la lengueta morada, el talón rosa, la suela blanca como casi todo el zapato en sí. Los cordones eran verdes con purpurina…
Qué cojones, ni siquiera sabía si aquello pegaba pero le encantaban.

Cuando levantó la mirada no le dio tiempo a frenar antes de caer por las escaleras de los dormitorios, cayendo rodando por estas. Mientras caía por estas, lo único que podía pensar era “Me voy a despeinar”.

En cuanto llegó al final de las escaleras pudo escuchar un pequeño gritito femenino.
Una mano se posó en su hombro, siendo Ochaco la que le preguntó un poco preocupada si estaba bien.

El chico le sonrió con amplitud, levantándose del suelo para abrazarla con fuerza. Ella le miró con los ojos muy abiertos sin entender nada.

-¡Tengo una cita con Eiji!

Sin darle tiempo a la chica a contestar se fue corriendo entre risas, feliz, dejando a la morena sin palabras a los pies de la escalera.

Kaminari corrió hasta fuera de los dormitorios, sacando su teléfono del bolsillo para buscar la ubicación del lugar en el que iban a tener una cita.

Iban a una cafetería en la que tenían muy buenos recuerdos, como esa vez en la que a
Denki se le había caído el café en la entrepierna (El dolor por haberse quemado el pene duró bastante), o esa vez que Kaminari se había atragantado con una toallita de limón que se comió por razones estelares que nadie jamás entenderán.

La mayoría de las personas pensarían que aquellos recuerdos eran… Terribles, ¡Pero también era bonitos!

Después de quemarse y estar llorando un rato por el dolor, Kirishima y él fueron al baño para cambiarse los pantalones, poniéndose el pelirrojo los manchados para luego ir a una tienda y comprarse unos nuevos, regalándoselos después a Denki.

El día de la toallita Eijiiro le había dado a elegir un par de dulces prometiéndole que él se los pagaría por el disgusto, llevándolo después a un parque para empujarle en un columpio como al de ojos dorados le gustaba.
¿Qué tenía aquello que ver con el atragantamiento de la toallita? Obviamente nada, ¡Pero había sido tierno!
...o al menos para Kaminari.

...si, tenían buenos recuerdos allí.

Llevaba un peto vaquero corto con unas flores bordadas en una de las piernas de los pantalones, llevando bajo este una camiseta amarilla con un par de girasoles, teniendo también unos calcetines que le llegaban por las rodillas que le encantaban.

Corrió como un loco hasta casi caerse a la carretera y ser atropellado por un coche.
Suspiró con tranquilidad y el corazón acelerado por casi morir, pero sonrió en su interior, pensando con alegría que había sido por sus zapatos nuevos.

𝕂𝐢𝐫𝐢𝐤𝐚𝐦𝐢 𝕆𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬..•••☾︎❤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora