[10] Dinner

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Aquella noche luego del juzgado, invité a las Kang, junto a Ellen y Kazuma a que pasaran por mi edificio para contarles mis planes.

Esa noche (8:01 p.m.)

—¿Una fiesta? —intervino justo a lo que concluía mi idea, Lisa, a un costado de la mesa.

—No una fiesta, linda —sonreí negando con la cabeza—. Una reunión, pequeña y privada. Aunque elegante —agregué imaginando la temática en mi mente.

—¿Para...? —la clara expresión desconcertada de Sarah hablaba por sí sola.

—Para muchas cosas, a decir verdad —suspiré. Todos tenían sus ojos clavados en mí, esperando atentamente por mi explicación—. Le debo las gracias a un par de personas —froté mis ojos sintiendo como las lágrimas amenazaban por salir. Debía contenerme, no lloraría delante de ellos—. También disculpas a algunas otras... —cada palabra salía con más dificultad que la anterior. Rasgaba mi garganta tener que contener el dolor y frustración que se ha mantenido dentro de mí por tanto tiempo.

Al observarme así Kazuma asintió levantándose, hasta quedar frente a mí.

—Podemos hacerla en mi departamento. ¿Qué dices? —sus ojos, al igual que a los míos los iluminaba ese pequeño rayo de esperanza que nunca nos abandonó.

Sin pensarlo demasiado asentí contenta.

—Entonces ya quedó —Ellen con sus pequeñas manos aplaudía continuamente, causándonos gracia a algunos, y ternura a otra *tos* Sarah *tos*.

—Excelente. ¿Fecha y lista de invitados? —ese era Kazuma otra vez.

—Quiero encargarme de algo por mi cuenta —Lisa llegaba a mi lado entrelazando sin temor nuestras manos, que encajaban a la perfección y ella lo sabía—. Hagámosla el viernes —todos accedieron. A excepción de Kaz que se le notaba dubitativo e inseguro en un rincón—. ¿Sí? Señor anfitrión —pregunté directamente llegando hasta a él.

Con mis ojos lo atormentaría hasta que aceptara, como ya lo habían hecho los demás.

—¿Sí? —volví a preguntar en un tono adorable y bajo, de modo que solo él escuchara mis pequeñas súplicas.

Bufó y asintió abrazándome. Sorprendiéndome además.

—Así será, señorita Jennie —bromeó con el término formal—. Al final del día, usted siempre está a cargo —susurró a un lado de mi aparato auditivo dejando un tierno pero casto beso en mi mejilla derecha—. Te daría más pero Lisa ya está matándome con esa mirada asesina suya.

Me gustaría decir que eso último fue una broma pero sabía que no era así.

Presente (3:16 p.m.)

3 días luego, ya era viernes.

En estos últimos días, además de preocuparme por la grandiosa reunión, he estado enfocándome en mi salud y bienestar, tanto mental como físico.

El jueves, contacté al nutricionista que fue recomendado por el juez. Resultó ser un gran admirador, razón que hizo que sin pasar ni 10 cortos segundos de mi petición, él ya había aceptado. Desde ese momento fue dejándome tips y una larga lista de alimentación y entrenamiento mientras él regresaba de un campamento. Su nombre es Garrett, y no ha dejado de comportarse de forma maravillosa conmigo, a pesar de tener la agenda relativamente apretada.

Prometió entrenarme y ocuparse de mi estado desde el momento en que pise la ciudad, ya que su campamento quedaba en un pueblo algo alejado de Seúl. Estaba sumergido de pies a cabeza en mi atención, a pesar de no conocernos en persona. También mencionó algunos ejercicios de respiración que regulan y controlan la ansiedad y la ira, pero quedó en mostrármelos cuando nos viéramos.

STILL IN WAR ; JENLISA (MODEL'S WARS II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora