🐰Hola Shippers. Este es un capítulo con contenido explicito, si te sientes incomodx te recomiendo que lo saltes, no afectará en nada a la trama de la lectura, así que no te preocupes. A quienes esperan por este momento, pues ya llegó el cap.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Sorn.—Acaricié su cintura antes de plantarle un beso casto en los labios.—Honestamente todavía no estoy listo para ya sabes hacer "Eso."—Bajé un poco la mirada.—Nunca antes lo he hecho y tengo miedo de lastimarte.
Joder, ni siquiera puedo decir la palabra "sexo" debo parecer un tonto extremadamente tímido delante suyo.
—¿Eh? ¿Eso quiere decir que eres virgen?—Su voz sonó sorprendida.—¡¿En serio?! Pero escuché a N'Mali decir que se acostó contigo, hasta llegó con muletas de lo difícil que le era caminar y no dejaba de presumir los supuestos chupetones en su cuello.—Sus gestos se vuelven duros mediante cuenta.—Ese día no dejaba de llorar en mi cama y pensar que yo te lo haría mejor que ella. Maldita sea, mis lagrimas fueron en vano, voy a matar a esa mentirosa.
Sorawit estaba apunto de levantarse e ir a buscar a Nong Mali, cuando tiraron de su brazo, depositando su espalda en el colchón y teniendo encima suyo a un atractivo depredador.
—¿Estabas celoso de que fuera de otra chica?—Sonrió de lado.—No me acosté con ella, lo intentó, pero la rechacé e incluso me dio una cachetada por eso. Al parecer les había dicho a su círculo de amigos que conseguiría meterse en mi cama, así que con tal de no quedar "avergonzada" se acostó con otro y las marcas que quedaron en su cuerpo las hizo pasar como su prueba de que lo hicimos.
—¿Por qué la rechazaste, P'Tat?
—Creo que mi mente estaba tan llena de ti, que no había espacio para pensar o aceptar a nadie más.—Sus frentes se tocaron, quedando lo suficiente cerca.—Y al parecer tú también has pensando en mi.
La sonrisa coqueta hizo que Sorn se pusiera a temblar. Parecía una ovejita atrapada en la cueva del lobo malvado. Ya que su pequeño Sorn no dijo nada, continuó con su conversación.
—¿Desdé cuándo te gusto?
—No lo sé.—Apretó los labios antes de proseguir.—Siempre fuiste popular en la escuela, el chico rudo y motociclista, que en mi opinión parecías un cliché sacado de una serie extranjera. Todos hablaban de ti, todos querían ser tus amigos, las mujeres deliraban por ti. Eras casi una celebridad, a la cual no presté atención hasta que empecé a notar que a donde sea que fuera, tú estabas ahí. Empezaste a evadirme cuando nos encontrábamos y en las pocas veces que interactuábamos siempre decías cosas hirientes.