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—Quizás deberíamos aprender a ser silenciosos.—Dije avergonzado.
—No, mejor dicho aprender en que lugares las paredes son delgadas y en cuales otro no.—El doctor encogió de hombros.—No me mires así, Tat y yo somos adultos y a veces no tenemos mucho tiempo. Como sea, vine aquí a decirte que fuí a interrogar a la niña.
—¿Qué no estabas en la autopsia?
—Le encargué eso al Doctor Oat.—Recargó su espalda en la pared.—Divide y vencerás, ten en cuenta mis palabras. No podía quedarme de pie mirando al inspector M abandonar el caso. Si es transferido automáticamente los interrogatorios, las investigaciones y todo eso pasan a realizarlos los otros, mientras que a nosotros nos prohíben tener cualquier interés por ello. Fui a realizarle una preguntas a la niña que vendió los cigarrillos, dijo que nadie sospechoso se le acercó, pero dejó la cesta por unos instantes.
—Eso significa que en ese descuido el criminal aprovechó la oportunidad para rociar los cigarrillos con gasolina. La niña regresó por la cesta que dejó en alguna parte de calle y no notó nada.
—Si. Las pruebas ahora están siendo analizadas en el laboratorio. ¿Sabes? La razón por la cual el inspector M renunció a los casos es porque casi muere hoy, si no se hubiera dado cuenta del olor del cigarrillo posiblemente.. Ya sabes..
—Lo entiendo, también me dijo que dejara de investigar, involucrarse demasiado te pone en peligro y yo también arrastré en esto a N'Sorn.
—Pero sigues dispuesto a atrapar al asesino ¿No es así? Puedo ver en tus ojos la motivación, me recuerdas a mi yo de la universidad, quería hacer lo correcto y buscar la justicia para aquellos que murieron.
—¿Por eso te hiciste Médico Forense?
—Exacto, porque a diferencia de los vivos, los muertos no mienten.
—Claro, no pueden hablar.
—No me refiero a eso Tat. Cuando una persona muere, puedes ver a través de sus ojos la expresión que tenía antes de morir. He visto cadáveres sostener en sus manos algo importante para ellos como la pulsera que le regaló su hija, las llaves sobresaliendo de sus nudillos como método de defensa o una nota. Cuando sabemos que podemos perder la vida, por instinto nos aferramos a algo que nos haga sentir protegidos. Los cadáveres no mienten, te cuentan una historia de lo que han pasado, las marcas revelan la fecha, la hora y lo que sintieron. Son un reflejo propio de la honestidad.