Tat x Sorawit| Gotas de acuarela.

Capítulo 38| Quiero que sepas...

Este relato sera contado por:

✨✨G U M M Y ✨✨

—¿Qué película quieres ver?

Escuché la voz hablarme, no obstante no conseguía salir de mis pensamientos mientras abrazaba mis piernas contra mi pecho. El niño que estaba apretando los botones del control remoto, lo soltó y se acercó a mi. Él acarició mi cabello.

—¿Estás triste, Gomita?

Gomita, era la primera vez que me llamaba así, y me sorprendió al punto de alzar mi cabeza para comprobar que no  se estuviera burlando de mi. 

—¿Por qué Gomita?

—Tu nombre es simular a la Gomita. Y tambien eres dulce y esponjosito— Dijo con una sonrisa encantadora.

Mis mejillas se ruborizaron, automáticamente oculté mi cara entre mis piernas, esperando que el frío del aire acondicionado me refrescara.

—¿Estás triste?— Volvió a preguntar.

No sé por qué el tono de indiferencia me hizo sentirme peor. Alcé mi cara de nuevo en busca de un rastro que diga que no soy el único que se siente así.

—¿Tú no?

—Lo estoy.

—No lo pareces.

—A mi también me duele marcharme. Pero no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Por eso prefiero pasar mis últimos dos días jugando contigo. Quiero dejarte buenos recuerdos...

Sonreí a labio apretado.

—Desearía que te quedaras.

—Yo también..

—¿Canadá es muy lejos?

—Demasiado.

—¿Crees que el trineo de Santa pueda llevarme hasta ti?— pregunté inseguro.

—Te pediré en todas las Navidades.

Sonreí por su maravillosa idea. Quizás Santa se apiade de mi y me conceda el deseo de volver a ver a mi mejor amigo.

—¿Me extrañarás?

—Siempre.

—¿Me seguirás queriendo?

El tocó mis mejillas con cariño.

—Toda la vida.

Me lancé a sus brazos.

—Yo también te querré toda la vida.

Desde que ocurrió el secuestro ninguno de los dos lo ha mencionado, ni siquiera sobre la herida que le dejó el lobo. Zack cambia de tema cada vez que  pregunto por su condición, quizás no quiere que me preocupe, pero lo hago porque me importa.

Ha pasado una semana desde lo ocurrido, y durante esos días todo ha sido caótico. En la escuela recibimos atención por parte de todos los niños y maestros debido a que sobrevivimos a un secuestro, algunos se acercan para preguntar como fue, otros murmuran cosas feas sobre nosotros, algunos más se atreven a hacer chistes hirientes.